Acto seguido Yagüe abrazó y propuso para una condecoración a los oficiales de la Legión González Pérez-Caballero,[204] Ciares, Menéndez, De Miguel y Mora. En el mismo acto felicitó efusivamente a Castejón, al que allí mismo propuso para su segunda Medalla Militar Individual. Después Yagüe habló a sus soldados:
Legionarios de la Legión española, legionarios de la 4ª y 5ª Banderas que irrumpisteis en los campos de Andalucía y después en los de Extremadura para arrebatar a las hordas rojas estas tierras feraces; legionarios que sois tan valientes como buenos españoles... Vosotros estáis haciendo una España que estáis conquistando de un poder extranjero para hacerla otra vez grande y rica, igual que aquella gloriosa [legión] que formaron los Conquistadores, que eran, como vosotros, caballeros sin tacha. ¡Qué orgulloso me siento de mandaros, después de veros ayer tomar esta fortaleza al arma blanca!
Legionarios de la 4ª Bandera, por vuestra actuación en los campos andaluces voy imponer esta corbata a vuestro guión. Legionarios de la 4ª, vuestro guión es esta corbata, os ha de guiar de Extremadura a Castilla y ha de ser para vosotros como el galardón y la recompensa que ha de llevaros hasta ¿Prometéis seguirla?
[...] Legionarios, allí lejos está Madrid y allí llegaremos todos, porque resucitarán los que cayeron.
Legionarios, qué bien lo hicisteis ayer. Ahora vais a desfilar ante los primeros que lograron entrar en la brecha, porque aunque todos lo hubierais hecho igual, a vosotros os favoreció la suerte ayer.
¡Con qué valor, con qué entusiasmo luchasteis mientras retirabais a vuestros heridos graves! ¡Qué pocos habéis quedado y qué orgulloso me siento de vosotros! Legionarios, con el gorro en alto, gritad: «¡Viva España!» «¡Viva la República!» «¡Viva el ejército!».