La madrugada del 14 al 15 de noviembre, Yagüe, en su cuartel general de Cuatro Vientos, sufrió un ataque y cayó desplomado en el suelo. Los meses de tensión, la falta de sueño y el agotamiento pasaban nuevamente factura al jefe legionario.
Hassen Bey, oficial de la Legión de origen turco, testigo presencial de muchos hechos relevantes de la historia del Tercio durante la Guerra Civil, cuenta en sus memorias una noticia que iba a publicar The New York Times el 20 de noviembre de 1936 y que no pasó la censura:
El general Franco está decidido a tomar Madrid cuando y como pueda ser capturada la plaza. Hasta que lo haya conseguido, o hasta que fracase otra vez, no aceptará un armisticio en este frente. Si son exactos los cálculos del número de hombres que tiene a sus órdenes, no debe resultar lo suficiente para cumplir la operación del flanco por el norte de la ciudad, que ahora trata de ejecutar, pero hay motivos para suponer que logrará abundantes refuerzos para el mes próximo si consigue llevar a término la negociación de un armisticio separado con los nacionalistas vascos, lo cual le permitiría reemplazar hombres aguerridos del frente de Asturias por jóvenes que se hallan actualmente en instrucción. Pero aun en estas condiciones nadie puede tener la seguridad de cómo terminará la batalla por la posesión de Madrid. Esta batalla se inició el 8 de noviembre, y desde el 15 del mismo no ha habido prácticamente progresos. Esta guerra ha entrado, como ocurrió en la mundial, en la fase de las trincheras, cuyo resultado dependerá de que uno de los bandos consiga la mejor organización y efectúe la mejor labor de reclutamiento detrás de las líneas.
En el frente de Madrid el general Franco trata ahora de hacer lo que debió realizarse el mes pasado, cuando se contuvo un intento de capturar la ciudad con un ataque directo. Las causas internas del fracaso están contenidas en un relato auténtico y autorizado sobre las divergencias entre el coronel Juan Yagüe y el general José Varela. La divergencia ocurrió poco después de que las tropas revolucionarias [nacionales] llegaran a las puertas de Madrid, y se refirió a la forma en que el ejército debía capturar la capital. El coronel Yagüe llevó las de perder en aquellas diferencia, y las fuerzas del general Franco no han cesado todavía de sacrificar hombres y tiempo por un error que ahora debe reconocerse trágico. El general Varela sugirió que buscará la entrada a Madrid por la Ciudad Universitaria, mientras el coronel Yagüe estimaba que era más seguro, antes de intentar la entrada por ese sitio o por cualquier otro, conseguir el dominio o el flanco izquierdo mediante el avance en la dirección de Boadilla del Monte, Pozuelo de Alarcón y Aravaca, lo cual habría permitido la entrada por el suburbio de Cuatro Caminos, pobremente defendido. La discusión duró más de una semana, del 8 al 15 de noviembre. El 1 de noviembre las tropas revolucionarias iniciaron un avance que les llevó a la Ciudad Universitaria, mientras el coronel Yagüe se retiraba temporalmente de la campaña debido a una enfermedad que pudo o no ser diplomática.