El Salvador, 1935 ࢤ 1975
Mi hermano Luis y yo hemos hablado seriamente,
es la primera vez. Si atacan
los policías y los guardias la Escuela
vamos a resistir hasta el final;
tenemos piedras y corazones más grandes que las piedras
y lo que es más importante,
conocemos las causas de la lucha.
Si alguno de los dos cae peleando el otro llevará flores a mamá y le dirá que para ella también hay puestos en nuestras filas.
Es raro,
pero hasta diría que me siento alegre...
El presidente de mi país
se llama hoy por hoy Coronel Fidel Sánchez Hernández pero el General Somoza, Presidente de Nicaragua, también es presidente de mi país.
Y el General Stroessner, Presidente de Paraguay,
Y es también un poquito Presidente de mi país, aunque menos que el Presidente de Honduras o sea
el General López Arellano, y más que el Presidente de Haití, Monsieur Duvalier.
Y el Presidente de los Estados Unidos es más Presidente de mi país que el Presidente de mi país,
ése que, como dije, hoy por hoy,
se llama Coronel Fidel Sánchez Hernández
Es bello ser comunista,
aunque cause muchos dolores de cabeza.
Y es que el dolor de cabeza de los comunistas se supone histórico, es decir
que no cede ante las tabletas analgésicas
sino sólo ante la realización del Paraíso en la tierra.
Bajo el capitalismo nos duele la cabeza y nos arrancan la cabeza.
En la lucha por la Revolución la cabeza es una bomba de retardo.
En la construcción socialista
planificamos el dolor de cabeza
lo cual no lo hace escasear, sino todo lo contrario.
El comunismo será, entre otras cosas, una aspirina del tamaño del sol.
Desde los ojos nobles de león brillando al fondo de tus barbas
desde la humedad polvorienta en las bibliotecas mal alumbradas
desde los lácteos brazos de Jenny de Westfalia
desde los remolinos de la miseria en los exilios lentos y fríos
desde las cóleras en aquellas redacciones renanas llenas de humo
desde la fiebre como un pequeño mundo de luz en las noches sin fin
le corregiste la renca labor a Dios
tú oh gran culpable de la esperanza
oh responsable entre los responsables
de la felicidad que sigue caminando