Egipto, 1868 ࢤ 1932
Vela que sobre el Tíger navegas al ocaso,
Que mis lágrimas te preserven de desgracias
Por las tranquilas aguas,
Por donde en otros tiempos el profeta
Pasó, deslízate por el agua como rayos de luz.
Desde el embarcadero a las orillas donde nadan
Perfumes de jardines,
Hacia maravillosos valles en donde reinan
La alegría y la paz.
Obtuviste mi perdón en esta tierra
Ante los ojos de los antílopes
De las tristes miradas,
En la tierra lejana donde vive mi gran pueblo Que obtuvo la libertad: la mejor De toda recompensa.
Versión:Victoria Carneado y David Chericián