Francia, 1897 ࢤ 1982
¿Conoces el país
que mece la eglantina? Huyó el águila cuando la insurrección de octubre derrotó a los rentistas. ¿Conoces el país
donde se abren los ojos
de la infancia al futuro, y no sobre el pasado;
en donde la mujer
ya no es tu sirvienta,
ya no es tu querida,
ya no es tu
mujer, pero
sí una mujer;
el país sin patronos, sin putas y sin curas; el país donde no
tienen dueños las flores, el país de las granjas, mineros, marineros,
metalúrgicos, tipógrafos, ferroviarios? ¿Conoces el país de las grandes cocinas? ¿Conoces
el país que brilla en la mañana,
que es rocío en los labios del África oprimida,
miel
en el corazón del Asia,
la meta de los negros y el cielo de los blancos?
¿Conoces
el país
donde la noche da la mano al día, el país
de la esperanza y la canción que nace, el país
del trigo verde aún del materialismo, el país
que es la pupila del Universo,
la salamandra del sol; el país
de los granos, crisol
de las semanas,
el país, el país donde el llanto del mundo formará un bello día el diamante del día?
¿Conoces el país de los obreros?
Versión: Rafael Alberti
El que en el Cielo creía, el que no creía en él, los dos con idolatría amaban a la rehén. Uno a mirarla subía, otro tendíase al pie, el que en el Cielo creía, el que no creía en él. Nada importa cuál sería la luz que alumbrando fue; uno del templo salía, otro esquivó su dintel, el que en el Cielo creía, el que no creía en él. Cuerpo y alma en alegría, cada cual amante fiel, qu'ella vive, se decía, y quien viva lo ha de ver, el que en el Cielo creía, el que no creía en él. Loco es pedir cortesía, viendo arrasada la mies, rumiando melancolía de la metralla al vaivén, el que en el Cielo creía, el que no creía en él. Desde lo alto el vigía tiró una y otra vez, uno tras otro caía; ¿cuál de ellos muerto fue, el que en el Cielo creía, el que no creía en el?
En la prisión, ¿cuál sería el de más duro yacer, cuál de los dos prefería de las ratas el tropel, el que en el Cielo creía, el que no creía en él? Sollozar de rebeldía, ¿a quién puede conmover dejar la terrena vía al rayar el alba cruel, el que en el Cielo creía, el que no creía en él? Al caer nombrar se oía a la que adorada fue, con brillo igual relucía la roja sangre al caer del que en el Cielo creía, del que no creía en él. Cárdeno arroyo teñía la tierra de su nacer para que madure un día vendimias de moscatel el que en el Cielo creía, el que no creía en él. Corren, vuelan a porfía, el bretón y el lorenés; vuelve el grillo a su tonía en el huerto y el vergel. Flauta o viola en melodía en doble amor van a arder las aves entre la umbría rosa y reseda también.
Versión: Carlos López Narváez