Estados Unidos, 1902 ࢤ 1967
Lenin camina alrededor del mundo. No lo atan las fronteras: todo abarca. Barracas, barricadas, no lo frenan. El alambre de púas no lo marca.
Lenin camina alrededor del mundo. Mulatos, negros, blancos, en tropel lo reciben. La lengua no es frontera. Los más raros idiomas creen en él.
Lenin camina alrededor del mundo. Como una cicatriz se pone el sol. Entre la oscuridad y la alborada surge una estrella roja del crisol.
Los caballeros que han llegado a ser clásicos y ahora son ancianos con barba (o muertos y en sus tumbas) darán amablemente un paso al frente y hablarán sobre el tema
De la Revolución. Quiero decir los caballeros que amorosamente escribieron libros sobre la derrota de la carne y el triunfo del espíritu que se vendieron por cientos de millones y se estudian en las secundarias y los lee la gente más selecta darán amablemente un paso al frente y Hablarán sobre la Revolución —donde la carne triunfa (tanto como el espíritu) y el vientre hambriento come, y no hay gente selecta, y los pobres son fuertes, poderosos y ya no pobres, y los jóvenes por cientos de millones están libres del hambre para crecer y estudiar y amar y multiplicarse, almas y cuerpos desencadenados sin Dios Mío diciendo un plebeyo jamás ha de casarse con mi hija ni el Rabino gritando maldito sea el matrimonio entre judíos y gentiles ni Kipling escribiendo nunca los dos se encontrarán— Porque se han encontrado. Mas por favor —todos ustedes caballeros con barba que son tan sabios y tan viejos y escriben mejor que nosotros y cuyas almas han triunfado (a pesar de las hambres y las guerras y los males a su alrededor) y cuyos libros se han encumbrado en quietud y belleza lejanos de la lucha de los estantes de las librerías y los escritorios de los estudiantes y que ahora son clásicos— adelántense y hablen sobre El tema de la Revolución.
Deseamos saber qué coño nos dirán.
Gran Chusma que no conoce el miedo— ¡Salta al ruedo!
Y alza tu mano Contra el tirano
De acero y oro y hierro, El rico,
Que vendió y compró como un perro A ti—
A cada uno— Durante mil años y pico. Salta al ruedo,
Gran chusma que no conoce el miedo,
Y átalo y déjalo sin resuello, Escupe en su dorado cuello De oreja a oreja,
Y acábalo por siempre sin una queja, Ahora—
Este año— Salta al ruedo,
Gran chusma que no conoce el miedo.
Buenos días, Revolución
Buenos días, Revolución: Eres la mejor amiga Que tuve jamás. Vamos a andar muy juntos desde ahora.
Oye, Revolución:
El patrón con quien yo antes trabajaba,
El que me echó a la calle para bajar los costos,
Hizo una larga carta a los periódicos
Sobre ti: dijo que eras pendenciera,
Enemiga extranjera,
Hija de puta, dicho de otro modo.
Llamó a la policía
Y pidió que buscaran a una tipa Llamada Revolución.
Resulta
Que el patrón sabe bien que eres mi amiga.
Nos ve que andamos juntos.
Ve que estamos hambrientos y andrajosos
Y no tenemos nada en este mundo—
Y que sobre eso vamos a hacer algo.
Por supuesto, el patrón tiene de todo, Come bien,
Tiene un montón de casas, Sale de vacaciones, Rompe huelgas, Maneja la política, Soborna a la policía, Paga a los congresistas
Y se anda pavoneando en todo el mundo.
Pero yo nunca tuve comida suficiente.
Nunca estuve caliente en el invierno.
No conocí jamás seguridad—
Viví toda la vida con una mano alante y otra atrás,
Una alante y otra atrás. Oye, Revolución, Somos socios, ¿comprendes?— Podemos apoderarnos de todo: Fábricas, arsenales, casas, barcos, Ferrocarriles, bosques, campos, líneas De ómnibus, telégrafos, radios (¡Dios! ¡Que revienten de música los radios!) Siderúrgicas, minas de carbón, Pozos de petróleo, gasolina, Todos los medios de producción (¡Gran día que amanece!) Todo—
Y devolverlo a quienes lo trabajan. Gobernarlo nosotros los que lo trabajamos.
¡Ay! Entonces los radios
Trasmitirán desde el primer momento hacia la URSS: Ha surgido otro miembro de la Internacional Soviética Saludos a las Repúblicas Socialistas Soviéticas Trabajadores que se alzan donde quiera, saludos
Y firmaremos: Alemania Firmaremos: China Firmaremos: África Firmaremos: Italia Firmaremos: América
Firmaremos con nuestro solo nombre: Obreros Ese día en que nadie estará hambriento, helado ni oprimido Nunca más en el mundo. ¡Ésa es nuestra tarea!
Hemos desesperado mucho tiempo, ¿Tú no?
¡Vamos, Revolución!
Versiones: David Chericián