Francia, 1895 ࢤ 1952

La noche antes de su muerte Fue la más corta de su vida La idea de vivir aún Quemaba en su pulso la sangre Lo asqueaba el peso de su cuerpo Su fuerza lo hacía gemir

Y fue en el fondo de este horror Que él empezó a sonreírse

No tenía un camarada Pero millones y millones Para vengarlo lo sabía

Y para él se alzó la aurora.

París tiene frío París tiene hambre París no come más castañas en la calle París se ha puesto viejos vestidos de vieja París duerme de pie sin aire en el «metro» Todavía más males impuestos a los pobres

Y la cordura y la locura De París en la desgracia Es el aire puro es el fuego Es la belleza es la bondad

De sus trabajadores en el hambre No grites socorro París Vives con una vida sin igual

Y tras la desnudez

De tu palidez de tu flacura

Todo lo que es humano se revela en tus ojos

París mi ciudad bella

Fina como una aguja fuerte como una espada

Ingenua y sabia

Tú no soportas la injusticia

Es para ti el único desorden

Te vas a liberar París

Tembloroso como una estrella

Nuestra esperanza sobreviviente

Te vas a liberar del cansancio y el barro

Hermanos tengamos valor

Nosotros que no tenemos cascos

Ni botas ni guantes ni buena educación

Un rayo se enciende en nuestras venas

Vuelve a nosotros nuestra luz

Los mejores de nosotros murieron por nosotros

Y a nuestro corazón viene ahora su sangre

Y otra vez es de mañana una mañana de París El despuntar de la liberación

El espacio de la naciente primavera La fuerza idiota está en desventaja Esos esclavos nuestros enemigos Si han comprendido Si son capaces de comprender Se alzarán.

Los saludos ajustan cuentas con la dignidad Las botas ajustan cuentas con nuestros paseos Los imbéciles ajustan cuentas con nuestros sueños Los bribones ajustan cuentas con la libertad Las privaciones han ajustado cuentas con los niños Hermano han ajustado cuentas con tu hermano El plomo ha ajustado cuentas con el más bello rostro El odio ha ajustado cuentas con nuestro dolor

Y nuestras fuerzas vuelven Ajustaremos cuentas con el mal.

«Un pequeño número de intelectuales franceses se ha puesto al servicio del enemigo»

Espantados espantosos Llegó la hora de contarlos Porque su reino ya se acaba

Nos elogiaron los verdugos Nos detallaron todo el mal No hablaron inocentemente

Hermosas palabras de alianza Os han manchado de basura Sus bocas dan sobre la muerte

Pero ha llegado la hora De amarse de estar unidos Para vencerlos y castigarlos.

Viniendo de adentro Viniendo de afuera Nuestros enemigos Vienen desde arriba Vienen desde abajo De cerca y de lejos De izquierda y derecha Vestidos de verde Vestidos de gris La chaqueta corta El abrigo largo La cruz de través Grandes de fusiles Cortos de cuchillos Seguros de espías Fuertes de verdugos

Y gordos de penas Con armas de muerte

Y armas en la muerte Duros de saludos

Y duros de miedo Ante sus pastores Llenos de cerveza

Y llenos de luna Cantan gravemente Canciones de botas Ya se han olvidado Qué es ser amado Cuando dicen sí Todo dice no Cuando hablan de oro Todo se hace plomo Mas contra su sombra Todo será oro

Todo se hará joven Que salgan que mueran Su muerte nos basta

Amamos los hombres Podrán evadirse Nos encargaremos AI alba gloriosa De un nuevo mundo De un mundo al derecho.

Si hay en España un árbol tinto en sangre Es el árbol de la libertad

Si hay en España una boca parlanchina Habla de libertad

Si hay en España un vaso de vino puro El pueblo lo beberá.

Vivo en el barrio de la Chapelle

Y el diario de mi célula se llama Los Amigos de la Calle os hablan No lo vendemos lo distribuimos

Sólo nos cuesta un poco de nuestro tiempo

Y mi corazón está con los Amigos de la Calle Ellos me hablan me estimulan

A ser un hombre de la calle Multiplicado por la amistad por el deseo De estar unidos para ser fuertes

Las gentes de mi calle tienen las mismas penas Las mismas esperanzas de no tanta desgracia

Y los mismos amores mi corazón está con ellos Todo mi corazón en su inocente corazón

Lo sé yo hablo por ellos

Ellos hablan por mí nuestras palabras son iguales Nuestra calle nos lleva a otras calles a otros hombres A otros tiempos y en el tiempo a ti Paul Vaillant-Couturier que eras como nosotros Jurabas por nosotros y nosotros por ti

Juramos que la vida será mejor un día.

Versiones; Marcelo Ravoni

En mis cuadernos de escolar En mi pupitre y en los árboles En la arena y en la nieve Escribo tu nombre

En todas las páginas leídas En todas las páginas blancas Piedra sangre papel o cenizas Escribo tu nombre

En las imágenes doradas En las armas de los guerreros En la corona de los reyes Escribo tu nombre En la selva y el desierto En los nidos y las retamas En el eco de mi infancia Escribo tu nombre

En las maravillas de las noches En el pan blanco de los días En las estaciones enamoradas Escribo tu nombre

En todos mis jirones de cielo azul En el estanque sol enmohecido En el lago luna viviente Escribo tu nombre

En los campos en el horizonte En las alas de los pájaros Y en el molino de las sombras Escribo tu nombre

En cada bocanada de aurora En el mar en los navíos En la montaña demente Escribo tu nombre

En la espuma de las nubes En los sudores de la tormenta En la lluvia espesa y sosa Escribo tu nombre

En las formas centelleantes

En las campanas de los colores En la certidumbre física Escribo tu nombre

En los senderos despiertos En los caminos desplegados En las plazas que desbordan Escribo tu nombre

En la lámpara que se alumbra En la lámpara que se extingue En mis casas reunidas Escribo tu nombre

En la fruta cortada en dos Del espejo y de mi cuarto En mi lecho concha vacía Escribo tu nombre

En mi perro glotón y tierno En sus orejas erguidas En su pata peluda y torpe Escribo tu nombre

En el trampolín de mi puerta En los objetos familiares En la ola del fuego bendito Escribo tu nombre

En toda carne acordada En la frente de mis amigos En cada mano que se tiende Escribo tu nombre

En el vidrio de las sorpresas En los labios expectantes Muy por encima del silencio Escribo tu nombre

En mis refugios destruidos En mis faros desmoronados En los muros de mi aburrimiento Escribo tu nombre

En la ausencia sin deseos En la soledad desnuda En los escalones de la muerte

Escribo tu nombre

En la salud recuperada En el riesgo desaparecido En la esperanza sin recuerdos Escribo tu nombre Y por el poder de una palabra Yo recomienzo mi vida Nací para conocerte Para nombrarte

Libertad

Versión: Fayad Jamís

Asalto al cielo - Antología poética
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