Viet Nam, 1920 ࢤ 2002

Quién volvería a la aldea a decir a mi vieja que esta noche su hijo lejano la recuerda.

¿Tienes frío, mamá? El viento de las cimas no se termina nunca, ni la fría llovizna.

Te vas a cultivar el arroz en el fango,

las briznas de la siembra temblándote en los brazos.

Con cada una de ellas que hundes en la tierra un pensamiento para tu hijo ya se eleva.

La llovizna ha calado tu sencillo vestido y con cada gotica mi cariño ha crecido.

Si me quieres, viejita, si es que me oyes, no te afanes por mí de día ni de noche.

Cientos de montes y arroyos he atravesado y tú miles de penas has afrontado.

Mis diez años de guerra son muy poca cosa ante tus sesenta de vida heroica. Me voy lejos, al frente, para allí defenderos a ti y a mi patria, las dos madres que tengo.

Por mí no te preocupes, ya que mucho me quieres, ¡que mi madre es madre de un combatiente!

Aunque lejos de ti, muy cerca estaré siempre, junto a mis compañeros que me protegen.

Estamos unidos de corazón, mamá, unos con otros, todos los hijos de Viet Nam.

Cada paso que doy tropiezo con la guerra, pero mientras avanzo nuevas madres me llegan,

madres que me han curado como a sus propios hijos, dado calor y ropa, un hogar y cariño.

Pero yo estoy curtido ¡cuánto he crecido ya!

Y sólo me preocupo por ti, mi mamá.

Piensa en tu hijo, pero no te entristezcas; echado el enemigo, pronto estaré de vuelta.

La madre de cabellos grises escuchaba esa noche una voz silenciosa y lejana.

Hue se desangraba, yo volvía de Hanoi. En el Barrio Balsas vi al sobrino Luom.

Maletín al hombro andaba el chiquillo, canillas de fuego, cabeza de pícaro,

gorra revirada, piquito sonoro, como un reyezuelo en sendero de oro.

—Magnífico, ¿sabes? Yo soy mensajero. Mejor que en mi casa en Mang Ca16 me quedo—.

Rojas las mejillas, mi sobrino, riendo, —adiós, camarada— marchóse contento.

Se marchó el sobrino. El tío se fue. Llegó el mes de junio carta de Hue.

Luom... Pues...

En una mañana como tantas otras,

mi compañerito, portando una nota,

pasaba las líneas. ¡En eso, dos ráfagas! ¡Un mensaje urgente no teme a las balas!

En campos desiertos la espiga cayó, volaba una gorra por sobre el arroz.

Relumbra un disparo. Mi compañerito. Todo ha terminado, la sangre ha caído.

La espiga apretada, sabe a leche el grano. Hay un alma errante que va por el llano.

¿Luom, estás ahí?

Maletín al hombro andaba el chiquillo, canillas de fuego, cabeza de pícaro,

gorra revirada, piquito sonoro, como un reyezuelo en sendero de oro.

Vamos a plena luz por el camino. En calma, sin ningún sobresalto,

por el camino de ocho metros de ancho, infinito,

que va de Bac Son a Dinh Ca, de Dinh Ca a Thaí Nguyen, del Noroeste a Dien Bien17,

de la Revolución al fin de la batalla. ¡Y que hoy vira hacia la nueva mar de esta tierra roja, virgen, inmaculada!

¡Hermosa es esta patria amada!

Los bosques de palmas,

el té de las montañas,

las verdes llanuras perfumadas,

el Río Claro con sus mil llamas,

los remeros coreando aah... aaah... aaah..

¡Y la resaca oscilante de las olas

bajo las chalanas de Binh Ca!

Quién pasa por Phu Tho. Quién baja hacia Trung Ha. Quién vuelve a Hung Hoa. Quién llega a la Zona Tres. Quién vuelve a la Zona Cuatro.

Seguid el torrente de Libertad hacia la patria. ¡Ya el francés arrancó con fortines y postas! El Río Rojo celebra el triunfo ola tras ola. ¿Va usted para Hanói? Coja puesto en mi barca

¡Así, pues, nueve años han pasado!

Tres mil días de lucha sin tregua.

Van fuertes mis rodillas, firmes mis piernas.

El otoño de agosto iluminado

extiende sobre un su cielo espléndido,

una nube se escurre blandamente...

¡Qué día tan excelente!

Son nuestras las nubes, el cielo de la patria,

¡nuestra República Democrática!

La sombra enemiga se ha fugado.

Ved los soles de otoño y el agosto: ¡victoria!

¡Hacia la capital, que el Tío nos aguarda!

¡Tras los cabellos blancos, la bandera roja!

¡Madre, seca tus lágrimas! El enemigo ha huido. El bambú de la aldea en el jardín, y el plátano, renacerán;

volverán nuestros búfalos

por las costas y playas.

Diez veces más que antes de las matanzas

el llano cantará.

¿Hermanitos, ya vais a la escuela?

Nosotros os construiremos aulas nuevas

que no serán quemadas más,

vuestros cantos y juegos por la colina se abrirán

como un enjambre de pájaros en torno a la aldea.

Quién va al Sur del país,

hacia los brazos del Mekong;

quién entre en la ciudad Ho Chi Minh,18

nombre glorioso en letras de oro constante;

quién regresa a la indómita Llanura de los Juncos,

nuestro bastión más alto, carne de nuestra carne,

tierra sagrada, enemigo sepulcro.

Quién llega a Phu Yen, Khan Hoa;

quién vuelve a Phan Rang, Phan Thiet;

quién sube al altiplano: Kontum, Darlac,

la extensa Zona Cinco, entraña nuestra, país querido;

quién vuelve a mi tierra natal,

el Río de los Perfumes, el Vado de Hat, la Playa de los Pinos

Quién va con los hermanos, quién va allá

a decir a la otra mitad de Viet Nam;

cada palmo de tierra es suelo de la patria,

¡la patria vietnamita, la República Democrática!

Somos hijos de un mismo padre, hermanos de sangre.

La carne siente cuando los huesos sufren,

el corazón está atado a la mente.

Tenemos tres pies (¡sí, tres!).

Que el burro rebuzne a más no poder, que no nos incumbe. Que vengan a hacer fronteras, ¿y qué? ¡Junto a Ho Chi Minh y siempre de pie hasta ver el fin!

Sí, hemos crecido en medio de la guerra.

Los pies trabajadores de este pueblo de héroes han perdido por siempre sus cadenas.

Los pies que, saliendo del fango, del carbón, han andado hacia el sol de la Revolución.

Los pies de Ba To, Cao Lang, Hoc Mon, que en Dien Bien hicieron temblar toda la tierra.

¡Los pies que han hundido a los Señores del Imperio en el negro pantano de los tiempos!

Adelante, adelante, adelante,

firmes como de bronce, duros como de acero.

Somos miles, millares,

avanza nuestro ejército

largo como los ríos, como los montes alto.

Avanza nuestro cuerpo,

avanza como el inmenso Mar de China,

inmenso.

Adelante. La patria es de una pieza, nadie la podrá destrozar. De la Punta Camau a la Puerta de China un mismo cielo sobre nuestras cabezas, de Norte a Sur un solo mar. No hay paralelo para cada corazón, en un mismo afecto por nuestro Tío Ho, en un mismo amor por la misma capital, en la misma esperanza por un solo Viet Nam.

Versiones: Rafael Hernández

Asalto al cielo - Antología poética
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023.xhtml
sec_0024.xhtml
sec_0025.xhtml
sec_0026.xhtml
sec_0027.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
sec_0033.xhtml
sec_0034.xhtml
sec_0035.xhtml
sec_0036.xhtml
sec_0037.xhtml
sec_0038.xhtml
sec_0039.xhtml
sec_0040.xhtml
sec_0041.xhtml
sec_0042.xhtml
sec_0043.xhtml
sec_0044.xhtml
sec_0045.xhtml
sec_0046.xhtml
sec_0047.xhtml
sec_0048.xhtml
sec_0049.xhtml
sec_0050.xhtml
sec_0051.xhtml
sec_0052.xhtml
sec_0053.xhtml
sec_0054.xhtml
sec_0055.xhtml
sec_0056.xhtml
sec_0057.xhtml
sec_0058.xhtml
sec_0059.xhtml
sec_0060.xhtml
sec_0061.xhtml
sec_0062.xhtml
sec_0063.xhtml
sec_0064.xhtml
sec_0065.xhtml
sec_0066.xhtml
sec_0067.xhtml
sec_0068.xhtml
sec_0069.xhtml
sec_0070.xhtml
sec_0071.xhtml
sec_0072.xhtml
sec_0073.xhtml
sec_0074.xhtml
sec_0075.xhtml
sec_0076.xhtml
sec_0077.xhtml
sec_0078.xhtml
sec_0079.xhtml
sec_0080.xhtml
sec_0081.xhtml
sec_0082.xhtml
sec_0083.xhtml
sec_0084.xhtml
sec_0085.xhtml
sec_0086.xhtml
sec_0087.xhtml
sec_0088.xhtml
sec_0089.xhtml
sec_0090.xhtml
sec_0091.xhtml
sec_0092.xhtml
sec_0093.xhtml
sec_0094.xhtml
sec_0095.xhtml
sec_0096.xhtml
sec_0097.xhtml
sec_0098.xhtml
sec_0099.xhtml
sec_0100.xhtml
sec_0101_split_000.xhtml
sec_0101_split_001.xhtml
sec_0102_split_000.xhtml
sec_0102_split_001.xhtml
sec_0103.xhtml
sec_0104.xhtml
sec_0105.xhtml
sec_0106.xhtml
sec_0107.xhtml
sec_0108.xhtml
sec_0109.xhtml
sec_0110.xhtml
sec_0111.xhtml
sec_0112.xhtml
sec_0113.xhtml
sec_0114.xhtml
sec_0115.xhtml
sec_0116.xhtml
sec_0117.xhtml
sec_0118.xhtml
sec_0119.xhtml
sec_0120.xhtml
sec_0121.xhtml
sec_0122.xhtml
sec_0123.xhtml
sec_0124.xhtml
sec_0125.xhtml
sec_0126.xhtml
sec_0127.xhtml
sec_0128.xhtml
sec_0129.xhtml
sec_0130.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_000.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_001.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_002.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_003.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_004.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_005.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_006.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_007.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_008.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_009.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_010.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_011.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_012.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_013.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_014.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_015.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_016.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_017.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_018.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_019.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_020.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_021.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_022.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_023.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_024.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_025.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_026.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_027.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_028.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_029.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_030.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_031.xhtml