LIBRO II
PUBLIO CORNELIO ESCIPIÓN IMPERATOR
208 a.C.
Cuius aures veritati clausae sunt, ut ab amico verum audire nequeat, huius salus despernada est.
Aquel cuyos oídos están tan cerrados a la verdad hasta el punto que no puede escucharla de boca de un amigo, puede darse por perdido.
Cicerón en Laelius, de amicitia, 24, 90