emLIBRO I
LAS INTRIGAS DE ROMA
209 a.C.
(año 545 desde la fundación de la ciudad)
Qui periurum convertiré volt hominem ito in Comitium; qui mendacem et gloriosum, apud Cloacinae sacrum, ditis damnosos maritos sub basílica quaerito. Ibidem erunt scorta exoleta quique stipulari solent, symbolarum collatores apud forum piscarium. In foro Ínfimo boni homines atque dites ambulant, in medio propter canalem, ibi ostentatores meri; confidentes garrulique et malevoli supera lacum, qui alteri de nihilo audacter ducunt contumeliamet qui ipsi sat habent quod in se possit veré dicier. Sub veteribus, ibi sunt qui dant quique accipiunt faenore. Pone aedem Castoris, ibi sunt súbito quibus credas male. In Tusco vico, ibi sunt homines qui ipsi sese venditant, vel qui ipsi vorsant vel qui alus ubi vorsentur praebeant.
Si quieres encontrar un perjuro, ve al Comitium; si buscas un mentiroso o un fanfarrón, inténtalo en el templo de Venus Cloacina; y si buscas a maridos ricos malgastadores, ve a la Basílica. Allí también habrá putas, algunas ya muy envejecidas, y hombres dispuestos a negociar, mientras que en el mercado del pescado encontrarás a los organizadores de banquetes. En la parte baja del foro pasean ciudadanos de reputación y riqueza; en la parte media del foro, cerca del canal, sólo encontrarás los que van a exhibirse. Al otro lado del lago se encuentran los personajes cínicos, charlatanes y malvados que siempre critican a otras personas sin razón alguna y que, sin embargo, ellos mismos podrían ser objeto de verdaderas críticas. Más abajo, en las tabernae veteres están los prestamistas que ceden y cobran dinero en condiciones de auténtica usura. Tras el templo de Castor están aquellos en los que harías mal en confiar demasiado a la ligera. En el Vícus Tuschs están los hombres que se venden, ya sean los que se entregan a sí mismos, o los que dan a otros la oportunidad de entregarse ellos.
PLAUTO
de su obra Curculio, versos 470 a 485