Gioacchino Rossini

 

¿Qué motivos pudo haber tenido? Al parecer nunca habló del tema, pero alguna razón hubo para que actuara de esa manera y negara a la humanidad un poco más de risas y diversión.  

Un creyente en cábalas podría alegar que la razón de todo fue una consecuencia de haber nacido un 29 de febrero, un año de trescientos sesenta y seis días le daba quizás cierta característica especial a su personalidad que lo hacía actuar de forma no acorde con la generalidad de los comportamientos de los seres humanos comunes y corrientes. 

También pudo haber sido un reflejo del poco calor familiar que recibió cuando niño: su padre trompetista y su madre cantante de teatro, ambos de escasos recursos, vivían de gira en gira y era muy poco el tiempo que podían dedicarle al pobre muchachito que desde muy pequeño ya daba muestras de un gran talento musical… A veces le daban algunas clases, pero llegada la fecha de otra gira qué podía hacer: pegaba su naricita al gélido vidrio de la ventana que de inmediato se empañaba y con lágrimas en los ojos se arrimaba un poco para ver mejor y les decía adiós a sus padres de quienes sólo alcanzaba a ver las manos y los pañuelos agitándose en el aire, una y otra vez, durante años… Luego, cuando su padre, también llamado “el Vivaz” (sabe Dios por qué motivos), se quedó sin trabajo, el pequeño Gioacchino fue confiado a un salchichero de Bolonia que tuvo la sensatez de inscribirlo en clases de música al ver que el niño no hacía otra cosa sino tararear melodías que él nunca había escuchado; y es que seguramente eran temas inéditos que ni el mismo niño sabía de dónde salían.                        

No podemos descartar que su obstinada actitud se debiera a aquellos recuerdos. Tal vez conoció el éxito demasiado joven: a los seis años ya integraba la banda municipal de Pésaro y tocaba la espineta con soltura. A los trece trabajó en el teatro como cantante e instrumentista, y a los dieciséis, en 1808, una de sus cantatas arrancó los aplausos del público italiano. Dos años después, a los dieciocho, estrenó su primera ópera La cambiale di matrimonio en el Teatro San Moisés de Venecia. A estas se unieron varias óperas bufas (su especialidad) de gran éxito. Su producción impresionaba a todos: entre 1812 y 1813 llegó a componer ocho óperas, todas de gran calidad musical, algunas de ellas con más de cincuenta presentaciones iniciales, obras que le hicieron ganar mucho dinero y lo llevaron a ser considerado el compositor más importante de la época (cuando todavía no había cumplido los veinticinco años de edad y no había escrito su mayor obra). El género bufo ya no era un género menor, con Rossini alcanzaba una perfección musical no vista en autores que le habían precedido. Su nombre destacaba en los carteles, todos querían estrechar su mano, conocerle, entrar en su círculo de amigos y decir yo soy amigo de Rossini… Así que quizás el público, el ego exacerbado, las cuantiosas ganancias… tal vez todo ello, fue el comienzo de lo que luego lo llevaría a tomar tan drástica decisión. Seguramente comenzó a cansarse de los halagos, de que lo abordaran en la calle para pedirle un autógrafo o su opinión sobre una partitura, la incomodidad de no poder ir a una taberna y sostener sin interrupciones una conversación con un amigo… en fin, la vida privada en vías de hacerse pública, la libertad en el camino de la encarcelación. No obstante estas incomodidades, que al principio fueron placenteras y que todavía no habían llegado a ser del todo desagradables, Rossini aún no había escrito su obra más importante, la que más éxito y dinero le traería: El barbero de Sevilla, escrita en 1816. Es curioso saber que antes de Rossini otros compositores habían escrito obras con el mismo tema, como por ejemplo El barbero, escrita por un músico apellidado Paisello, y otro de nombre Nicolás Isouard. Pero fue la versión de Rossini la que quedó grabada en la historia, la que se revive año tras año con más de ochocientas presentaciones (desde 1883) sólo en el Metropolitan Ópera de Nueva York. Nunca pensó el dramaturgo francés Pierre Beaumarchais (y mucho menos el músico italiano) que su obra de teatro estrenada en París en 1775, acompañada ahora por la música de Gioacchino Rossini, compuesta cuarenta y un años después, se convertiría en una de las diez óperas más interpretadas de todos los tiempos. Es cierto que Giovanni Paisello no vio con buenos ojos que Rossini mejorara su versión de El barbero y haya tratado de sabotear el estreno de El barbero de Sevilla, pero esto poco influyó en su posterior éxito, y tampoco debe de haber influido en la inexplicable decisión que luego tomó el artista: lejos de ofuscarlo, dado su buen humor y su singular manera de enfrentar las adversidades, es probable que todo aquello le haya causado risa y tal vez alimentado el ego. Así que es posible que el Cisne de Pésaro haya visto esta afrenta como material para una futura ópera bufa.

Seguramente ya para estas fechas su insatisfacción por la parte menos agradable de la fama comenzaba a hacerse notar con más intensidad en su vida. Sin embargo no paró de trabajar. En 1824 viajó a Londres, donde fue ovacionado una y otra vez por el exigente público; en París compuso una ópera para la coronación de Carlos X de Francia, compuso también otra ópera bufa, reescribió algunas obras italianas... Su producción no cesaba: dos óperas por año a lo largo de diecinueve años. De seguir así se convertiría en el compositor con mayor número de obras en la historia de la música. El mismo Barbero de Sevilla, ópera que se había comprometido a escribir para los carnavales de Roma, le tomó apenas tres semanas terminarla. Se había comprometido a ello sin ni siquiera conocer la historia en detalle, pero una vez recibidos los versos dio cuenta de ellos con gran facilidad. ¿Por qué entonces, por qué? Algunos afirman que lo hizo por hastío, otros por no tener necesidades económicas, otros por cuestiones de salud (sufrió de algunas enfermedades venéreas que, a pesar de su cotidiano buen humor, le hicieron vivir momentos de severas crisis depresivas), otros lo atribuyen a circunstancias políticas… Tal vez no fue por ninguna de estas razones o por parte de ellas o por todas a la vez, pero lo cierto es que en 1829, a los treinta y siete años, después de escribir Guillermo Tell, obra que para muchos representó su consagración definitiva, Rossini dejó de escribir óperas. Le quedaban todavía treinta y nueve años de vida.

Murió en París y fue enterrado en el cementerio Père-Lachaise. Diecinueve años después sus restos fueron exhumados y llevados a la basílica de Santa Croce, en Florencia. Y hoy, el niño que una vez fue confiado a un salchichero de Bolonia, descansa junto a Galileo Galilei, Miguel Ángel Buonarroti y Dante Alighieri.

La trilogía de los malditos
titlepage.xhtml
part0000_split_000.html
part0000_split_001.html
part0000_split_002.html
part0000_split_003.html
part0000_split_004.html
part0000_split_005.html
part0000_split_006.html
part0000_split_007.html
part0000_split_008.html
part0000_split_009.html
part0000_split_010.html
part0000_split_011.html
part0000_split_012.html
part0000_split_013.html
part0000_split_014.html
part0000_split_015.html
part0000_split_016.html
part0000_split_017.html
part0000_split_018.html
part0000_split_019.html
part0000_split_020.html
part0000_split_021.html
part0000_split_022.html
part0000_split_023.html
part0000_split_024.html
part0000_split_025.html
part0000_split_026.html
part0000_split_027.html
part0000_split_028.html
part0000_split_029.html
part0000_split_030.html
part0000_split_031.html
part0000_split_032.html
part0000_split_033.html
part0000_split_034.html
part0000_split_035.html
part0000_split_036.html
part0000_split_037.html
part0000_split_038.html
part0000_split_039.html
part0000_split_040.html
part0000_split_041.html
part0000_split_042.html
part0000_split_043.html
part0000_split_044.html
part0000_split_045.html
part0000_split_046.html
part0000_split_047.html
part0000_split_048.html
part0000_split_049.html
part0000_split_050.html
part0000_split_051.html
part0000_split_052.html
part0000_split_053.html
part0000_split_054.html
part0000_split_055.html
part0000_split_056.html
part0000_split_057.html
part0000_split_058.html
part0000_split_059.html
part0000_split_060.html
part0000_split_061.html
part0000_split_062.html
part0000_split_063.html
part0000_split_064.html
part0000_split_065.html
part0000_split_066.html
part0000_split_067.html
part0000_split_068.html
part0000_split_069.html
part0000_split_070.html
part0000_split_071.html
part0000_split_072.html
part0000_split_073.html
part0000_split_074.html
part0000_split_075.html
part0000_split_076.html
part0000_split_077.html
part0000_split_078.html
part0000_split_079.html
part0000_split_080.html
part0000_split_081.html
part0000_split_082.html
part0000_split_083.html
part0000_split_084.html
part0000_split_085.html
part0000_split_086.html
part0000_split_087.html
part0000_split_088.html
part0000_split_089.html
part0000_split_090.html
part0000_split_091.html
part0000_split_092.html
part0000_split_093.html
part0000_split_094.html
part0000_split_095.html
part0000_split_096.html
part0000_split_097.html
part0000_split_098.html
part0000_split_099.html
part0000_split_100.html
part0000_split_101.html
part0000_split_102.html
part0000_split_103.html
part0000_split_104.html
part0000_split_105.html
part0000_split_106.html
part0000_split_107.html
part0000_split_108.html
part0000_split_109.html
part0000_split_110.html
part0000_split_111.html
part0000_split_112.html
part0000_split_113.html
part0000_split_114.html
part0000_split_115.html
part0000_split_116.html
part0000_split_117.html
part0000_split_118.html
part0000_split_119.html
part0000_split_120.html
part0000_split_121.html
part0000_split_122.html
part0000_split_123.html
part0000_split_124.html
part0000_split_125.html
part0000_split_126.html
part0000_split_127.html
part0000_split_128.html
part0000_split_129.html
part0000_split_130.html
part0000_split_131.html
part0000_split_132.html
part0000_split_133.html
part0000_split_134.html
part0000_split_135.html
part0000_split_136.html
part0000_split_137.html
part0000_split_138.html
part0000_split_139.html
part0000_split_140.html
part0000_split_141.html
part0000_split_142.html
part0000_split_143.html
part0000_split_144.html
part0000_split_145.html
part0000_split_146.html
part0000_split_147.html
part0000_split_148.html
part0000_split_149.html
part0000_split_150.html
part0000_split_151.html
part0000_split_152.html
part0000_split_153.html
part0000_split_154.html
part0000_split_155.html
part0000_split_156.html
part0000_split_157.html
part0000_split_158.html
part0000_split_159.html
part0000_split_160.html