Dos teclados

 

 

Debo reconocer que no es un ejercicio fácil abandonar mi teclado para subirme al tuyo, amigo Heberto, pues lo que me planteas no es dirigir una pieza sino escribir un prólogo para esta colección de originales semblanzas.

He de decirte que mi primer trecho de lectura se detuvo en Wagner donde no pude evitar una sonrisa cómplice, pues desde mi posición de intérprete siempre he tenido cierta dificultad a la hora de enfrentarme a la música del insigne teutón. A Wagner necesito pensarlo demasiado y esto, unido a que sus textos no me interesan mucho, hace que el estudio de su música me resulte sumamente arduo. Decía Strauss que sacrificaría la mejor de sus óperas por un sitio en el tercer acto de Las bodas de Fígaro, una de las óperas más geniales que se hayan escrito jamás. Mozart es capaz de hacer coincidir la risa y el llanto en el mismo compás, pues cada uno de los instrumentos describe el momento psicológico de un personaje en escena. Esa fuerza semántica, sellada en un matrimonio perfecto entre palabra y música de este genio irrepetible, me produce tanta emoción que caigo en la paradoja de llorar cuando lo que él quiere es que me ría.

Tras continuar con el resto, aquí me encuentro, dando curso a tu requerimiento y escribiendo estas notas que puedan preludiar la deliciosa lectura de tus Minibiografías ilegales sobre músicos malditos, que yo juzgo absolutamente legales pues obedecen a un impulso que te mueve a rendir tributo a algo que tú y yo consideramos divino: la música y los músicos. La vida de estos “malditos” siempre la debemos percibir en movimiento, nunca detenida en el tiempo y expuesta en la vitrina de un museo. Mozart, Bach,  Haydn,  Beethoven  y  Schubert  fueron  esculpidos  con  el  mismo  cincel,  y  para  acercarnos  a su música es imprescindible colocarse detrás de las pautas biográficas que nos han marcado tradicionalmente sus biógrafos.

Detrás de esas líneas puede que no esté la verdad definitiva, pero lo que sí encontraremos es al hombre, al artista de carne y hueso sentado frente a la ventana de su soledad. El rigor a veces es traicionero, pues sin querer nos anclamos a una sola idea y damos por absoluta esa perspectiva de la realidad. Cuando Mozart padre dice que los solistas italianos que “están de visita en nuestra ciudad y que son aclamados por el público, no saben cómo tocar un movimiento lento”, nos está dando una información estupenda que muchas veces pasamos por alto, pues además de decirnos que a él no le gustaba cómo tocaba el solista en cuestión, nos está diciendo también que había un público importante al que sí le gustaba, y por lo tanto podríamos pensar también que el señor Mozart padre podría estar equivocado. A partir de allí manda la imaginación. Yo creo en “mi” Mozart ilegal y en mi Haydn y en mi Schubert y en mi Beethoven, pues fueron ellos los que se saltaron la norma, no nosotros.

No me queda más que agradecerte, Heberto, que hayas dedicado tu reconocido talento e inagotable inspiración a escribir estas sinceras, sentidas y hermosas resonancias en forma de minibiografías sobre lo que para ti representa la vida y obra de estos eternos “malditos”.

 

Manuel Hernández Silva

La trilogía de los malditos
titlepage.xhtml
part0000_split_000.html
part0000_split_001.html
part0000_split_002.html
part0000_split_003.html
part0000_split_004.html
part0000_split_005.html
part0000_split_006.html
part0000_split_007.html
part0000_split_008.html
part0000_split_009.html
part0000_split_010.html
part0000_split_011.html
part0000_split_012.html
part0000_split_013.html
part0000_split_014.html
part0000_split_015.html
part0000_split_016.html
part0000_split_017.html
part0000_split_018.html
part0000_split_019.html
part0000_split_020.html
part0000_split_021.html
part0000_split_022.html
part0000_split_023.html
part0000_split_024.html
part0000_split_025.html
part0000_split_026.html
part0000_split_027.html
part0000_split_028.html
part0000_split_029.html
part0000_split_030.html
part0000_split_031.html
part0000_split_032.html
part0000_split_033.html
part0000_split_034.html
part0000_split_035.html
part0000_split_036.html
part0000_split_037.html
part0000_split_038.html
part0000_split_039.html
part0000_split_040.html
part0000_split_041.html
part0000_split_042.html
part0000_split_043.html
part0000_split_044.html
part0000_split_045.html
part0000_split_046.html
part0000_split_047.html
part0000_split_048.html
part0000_split_049.html
part0000_split_050.html
part0000_split_051.html
part0000_split_052.html
part0000_split_053.html
part0000_split_054.html
part0000_split_055.html
part0000_split_056.html
part0000_split_057.html
part0000_split_058.html
part0000_split_059.html
part0000_split_060.html
part0000_split_061.html
part0000_split_062.html
part0000_split_063.html
part0000_split_064.html
part0000_split_065.html
part0000_split_066.html
part0000_split_067.html
part0000_split_068.html
part0000_split_069.html
part0000_split_070.html
part0000_split_071.html
part0000_split_072.html
part0000_split_073.html
part0000_split_074.html
part0000_split_075.html
part0000_split_076.html
part0000_split_077.html
part0000_split_078.html
part0000_split_079.html
part0000_split_080.html
part0000_split_081.html
part0000_split_082.html
part0000_split_083.html
part0000_split_084.html
part0000_split_085.html
part0000_split_086.html
part0000_split_087.html
part0000_split_088.html
part0000_split_089.html
part0000_split_090.html
part0000_split_091.html
part0000_split_092.html
part0000_split_093.html
part0000_split_094.html
part0000_split_095.html
part0000_split_096.html
part0000_split_097.html
part0000_split_098.html
part0000_split_099.html
part0000_split_100.html
part0000_split_101.html
part0000_split_102.html
part0000_split_103.html
part0000_split_104.html
part0000_split_105.html
part0000_split_106.html
part0000_split_107.html
part0000_split_108.html
part0000_split_109.html
part0000_split_110.html
part0000_split_111.html
part0000_split_112.html
part0000_split_113.html
part0000_split_114.html
part0000_split_115.html
part0000_split_116.html
part0000_split_117.html
part0000_split_118.html
part0000_split_119.html
part0000_split_120.html
part0000_split_121.html
part0000_split_122.html
part0000_split_123.html
part0000_split_124.html
part0000_split_125.html
part0000_split_126.html
part0000_split_127.html
part0000_split_128.html
part0000_split_129.html
part0000_split_130.html
part0000_split_131.html
part0000_split_132.html
part0000_split_133.html
part0000_split_134.html
part0000_split_135.html
part0000_split_136.html
part0000_split_137.html
part0000_split_138.html
part0000_split_139.html
part0000_split_140.html
part0000_split_141.html
part0000_split_142.html
part0000_split_143.html
part0000_split_144.html
part0000_split_145.html
part0000_split_146.html
part0000_split_147.html
part0000_split_148.html
part0000_split_149.html
part0000_split_150.html
part0000_split_151.html
part0000_split_152.html
part0000_split_153.html
part0000_split_154.html
part0000_split_155.html
part0000_split_156.html
part0000_split_157.html
part0000_split_158.html
part0000_split_159.html
part0000_split_160.html