• 'f₂ kilo de cerezas picotas

• 250 g de azúcar normal

• o 125 g de fructosa

1. Lavar las picotas, escurrirlas y colocarlas en un recipiente bastante hondo, una sopera honda, por ejemplo, ya que la mermelada tiende a «subir» durante la cocción, como en el fuego, y la mermelada podría salirse.

Taparla con su tapa si la tiene, o con una tapa de silicona que sea del mismo diámetro o algo superior para que descanse en su borde, y cocerlas a potencia máxima durante 10 minutos. Cuando ya no quemen, deshuesarlas colocándose unos guantes de goma para no mancharse o hacerlo con el aparatito especial que para ello existe y que también sirve para deshuesar aceitunas.

2. Triturarlas en el mismo recipiente de cocción con la minipímer, pesar la pulpa resultante y añadir la misma cantidad de azúcar, o un poco menos, dependiendo de lo dulce que nos guste. Remover con una cuchara de madera para que todo se mezcle bien y volver a cocer 5 minutos a potencia máxima, siempre con el recipiente tapado.

3. Como en este momento queda demasiado líquida, cocerla otros 5 minutos a la misma potencia pero destapada para que se vaya evaporando la gran cantidad de agua, 84%, que tienen estas frutas.

4. Si todavía estuviera clara, y dependerá de la variedad de las cerezas y de su estado de madurez, remover de nuevo y cocer, por último, otros 3 minutos más o hasta que adquiera la consistencia deseada, siempre con el recipiente destapado.

5. Si elaboráis esta mermelada con fructosa, podrán tomarla, sin abusar, los diabéticos.