Tiempo de microondas: 18 o 20 minutos

• 200 g de galletas ligeramente saladitas

• 100 g de mantequilla

• 4 huevos

• 200 g de nata líquida

• 150 g de queso emmental

• 150 g de beicon o de jamón de York

• sal, pimienta blanca y nuez moscada recién ralladas

1. Escoger un molde redondo rizado de 24 cm de diámetro y 3 cm de altura, de porcelana o cristal aptos para microondas para que se pueda presentar a la mesa y no haya que desmoldarlo. Pintarlo, de todas maneras, con mantequilla con la ayuda de una brocha de silicona para que sea más fácil servir la quiche a la hora de cortar las porciones.

2. Fundir la mantequilla, con cuidado para que no se fría, durante unos segundos a 600 vatios de potencia.

3. Triturar las galletas con una buena trituradora y mezclarlas con la mantequilla fundida formando una pasta.

4. Volcarla encima del molde apretándola bien al fondo y a las paredes para que se quede bien pegada y meterla en el microondas durante 2 minutos a potencia máxima. Ésta será la base de nuestra quiche.

5. Mientras se enfría, cortar el beicon o el jamón en trozos no muy grandes y rallar el queso.

6. Si vamos a utilizar beicon, dorarlo ligeramente durante 1 minuto a plena potencia envuelto en varias capas de papel absorbente de cocina para que se ponga crujiente y pierda, además, parte de su grasa y, por tanto, calorías. No os paséis de tiempo, porque el beicon puede tostarse demasiado e incluso acartonarse o quemarse.

7. Encima de la base de la quiche, colocar el jamón o este beicon.

8. Batir los huevos y añadirles la nata, el queso rallado y las especias, mezclando muy bien el conjunto.

9. Volcar esta mezcla sobre el jamón o el beicon e introducir en el microondas a 600 vatios de potencia.

Programar primero 8 minutos, esperar 2 o 3 para el período de reposo y comprobar su estado.

Programar después otros 8 minutos más, a la misma potencia, hasta que nos cercioremos de que también está cuajada en el centro.

Añadir algún minuto más si hiciera falta, pero siempre después de esperar unos minutos para el período de reposo.

10. Por supuesto que no queda ni tan bonita ni tan esponjosa como la quiche de siempre hecha en el horno tradicional, pero el tiempo utilizado y el trabajo son también mucho menores. Resulta estupenda y muy rica, el alimento es el mismo y os evitáis usar el horno.

11. Podéis probar a hacer la base de la quiche con cualquier tipo de galletitas saladas, incluso con biscottes o con pan de molde duro rallados. Escoger preferentemente las que no lleven grasa de ningún tipo, o aquellas que os especifiquen el tipo de la misma. Desechar aquellas en las que solo ponga grasa «vegetal» pues con casi total seguridad se tratará de aceite de coco, palma o palmiste que, aun siendo vegetales son muy saturadas y nada buenas para nuestra salud cardiovascular.

12. Añadir siempre a todas las quiches, en el batido de los huevos, un poquito de nuez moscada recién rallada, que proporciona al plato un toque exquisito.