Tiempo de microondas: 5 minutos + 3 para el pil pil

INGREDIENTES

• 400 g de lomos de bacalao desalado

• 5 o 6 dientes gordos de ajo fileteados

• 100 g de aceite de oliva virgen extra = 10 cucharadas

• 2 o 3 guindillas, al gusto de cada uno

• 30 g de agua de cocción del bacalao

1. Se pueden usar lomos de bacalao que desalaremos en casa o comprar lomos desalados y congelados. En este último caso, descongelarlos en la nevera el día anterior dentro de su propio envase.

2. Filetear los ajos.

3. Si gusta el sabor fuerte del aceite, utilizar uno de las variedades Hojiblanca, Cornicabra, Picual... De lo contrario, uno suave como el Arbequina.

4. Colocar los lomos desalados en un recipiente redondo, amplio, bajito y con buena tapa donde queden sin amontonar, unos al lado de los otros, nunca apiñados y siempre con la piel hacia abajo. No hace falta añadir nada en absoluto.

5. Taparlo y cocinarlos a potencia máxima, 900 vatios, durante 5 minutos.

6. Cuando el tiempo haya terminado, retirar del recipiente todo el líquido o jugo blanquecino que han soltado, rebañándolo bien y retirar la piel de los lomos en caliente porque se hace mejor.

7. En una jarrita, volcar los 100 g de aceite, los ajos y las guindillas que gusten, dependiendo de lo que os agrade el picante. Sofreírlos a potencia máxima durante 3 minutos, tapando la jarrita para que el aceite no salpique las paredes del aparato. ¡Cuidado, porque se pueden quemar! Aunque no queden muy dorados, no pasa nada, porque si se tuestan demasiado se acartonan. Con que estén ligeramente coloreados, ya sirven, nunca blancos del todo.

8. Sacar la mitad de estos ajos y las guindillas y colocarlos encima de los lomos de bacalao ya escurridos.

9. En un recipiente alto y estrecho, como el que empleamos para elaborar la mayonesa, volcar el resto de los ajos escurridos y unos 30 g del agua que ha soltado el bacalao al cocer.

10. Triturarlos bien con la minipímer hasta obtener un líquido blanco lechoso.

11. Ahora, con la batidora en marcha, ir añadiendo, despacito, el aceite en el que hemos frito los ajos, como si estuviéramos haciendo una mayonesa. Veremos que se nos forma una emulsión perfecta, que es la salsa al pil pil, ¡mucho más suave y digestiva que la que se elabora con medio litro de aceite! Si esta salsa quedase demasiado espesa, añadirle un poquito más del agua que ha soltado el bacalao, pero con cuidado para no pasarse, ya que entonces nos quedaría demasiado clara. Incorporarla siempre con la minipímer en marcha.

12. Volcar esta salsa encima de los lomos de bacalao y servir.

13. El aceite para elaborar el pilpil debe estar caliente pero no demasiado porque a partir de los 65° o 70° la proteína que contienen la piel del bacalao coagula y la salsa se cortaría. Si se cortara, habría que sacarla toda ella del recipiente rebañándolo bien. En este vaso volcar una cuchara del agua que ha soltado el bacalao, empezar a batir con la minipímer y, sin parar la máquina, añadir en hilo fino la salsa cortada que volverá a emulsionarse, lo mismo que sucede en una mayonesa.

INGREDIENTES

• 500 g de filetes de bacalao fresco o desalado

• 500 g de patatas

• 150 g de cebolla

• 100 g de lonchas de beicon

• 1 hoja de laurel

1. Cortar a rajas muy finas las cebollas y las patatas.

2. En un recipiente redondo, bajito y con buena tapa, poner la mantequilla y fundirla, o el aceite.

3. Añadir la hoja de laurel, las cebollas y las patatas, salpimentarlas y removerlas para que se queden bien impregnadas de grasa por todas partes.

4. Taparlas y cocinarlas a potencia máxima durante 10 minutos. Comprobar el estado en que se encuentran, removerlas de nuevo y, si están todavía algo duras, cocinarlas de la misma forma hasta que estén casi blandas; a veces, podemos necesitar otros 10 minutos.

5. Trocear el beicon, colocarlo encima de las patatas e introducirlas de nuevo, a potencia máxima, unos 2 o 3 minutos y siempre tapadas.

6. Colocar, por último, el pescado encima, salpimentarlo, añadir la nata y cocinar de nuevo, tapado, a potencia máxima y hasta que el pescado esté hecho. Comprobar su estado a los 5 minutos. Se sabe que el pescado está cocido porque pasa de translúcido a blanco. Si está en su punto, estará jugoso y se abrirá en lascas. Por favor, ¡no os paséis de tiempo! Si después del período de reposo, comprobáis que el pescado está ligeramente crudo, siempre tiene arreglo añadiéndole 1 minuto más de cocción.

7. Si a este plato le queréis poner una nota de color, espolvorearlo con abundante perejil picado cuando lo vayáis a servir a la mesa, pero no antes para evitar que pierda la gran cantidad de vitamina C que tiene.