AMBROSIO DE SPÍNOLA
Campamento de Casale
Los holandeses seguían intentando enviar suministros a Breda.
Por todos los medios trataban de superar los obstáculos del agua, la nieve o el hielo, y a veces lo conseguían con barcas, dinero, esquiadores o con «saltapantanos», utilizando pértigas que superaban las zonas anegadas.
En Terhaghen apresaron a tres correos enemigos que traían un gran pliego de cartas, buena cantidad de tabaco y frascos de un óleo para curar el escorbuto. Pensaban entrar con todo en Breda. Cuando los descubrieron, habían escondido en el bosque la misiva que el príncipe de Nassau escribía a Justino. A uno de los capturados se le dio tormento, y con el dolor descubrió la carta que leí en mi tienda. En ella el príncipe de Orange anunciaba a Justino que estaría dentro de tres días en la aldea de Dunghen, a dos leguas de Breda, y desde allí lanzaría el ataque para socorrer a la ciudad.
El inicio de esta ofensiva se produjo cuando los holandeses acometieron la torre atalaya de Oosterhaut, defendida por un grupo de borgoñones. Eran gente de bravura, al mando de un sargento, y se negaron a rendirse.
Los atacantes derribaron la puerta con un petardo relleno de explosivos y pegaron fuego a la torre, pero los borgoñones resistieron. Murió la mitad y el resto quedó maltrecho. Con los rostros abrasados, llenos de albayalde y ungüentos para aliviar las quemaduras, que enseñaban como heridas honrosas, salieron orgullosos de la torre. Di orden de que recibieran una paga extra, más otras ventajas, y ascendí al grado de alférez al sargento que les mandaba.
Los de Breda, entretanto, en vista de que no recibían cartas ni podían enviar mensajeros fuera de la ciudad, se valieron de una golondrina que llevaba atado a las plumas un mensaje cifrado. Pero nuestros soldados la capturaron y me trajeron el billete. Pronto pudimos saber la gran esperanza que los sitiados tenían puesta en el socorro, como última baza para evitar que la ciudad cayera.
El 15 de mayo, después de la medianoche, Federico Enrique se jugó el todo por el todo y decidió acometer el cuartel de Terheyden.