Capítulo 102
Moscú, 31 de julio de 1914
La mesa estaba completamente repleta de informes y telegramas. El zar miraba sin cesar los últimos informes sobre movimientos de tropas y los avances de Austria en Serbia. Al parecer los serbios habían resistido bien la primera envestida y comenzaban a reorganizarse.
—Majestad, ¿ha leído el ultimátum?
—Sí, está sobre la mesa.
—¿Por qué no ha contestado todavía?
—¿Y si ganásemos algo de tiempo? Podríamos organizar mejor nuestras fuerzas e intentar llegar a algún acuerdo con Alemania.
—Es imposible. Alemania no querrá llegar a un acuerdo por separado. Hay que actuar ya.
El zar miró al gran duque y se levantó de la silla. La guerra total estaba a punto de desatarse y él no podía impedirlo. Se aproximó a la ventana, el cielo comenzaba a colorearse de rojos y violetas, en unos minutos la oscuridad lo invadiría todo.