14. En ocasiones es preferible no recurrir al álgebra
Junto a los casos en los que el álgebra presta un gran servicio a la aritmética, hay otros en que su aplicación da lugar a complicaciones innecesarias. El verdadero conocimiento de las matemáticas consiste en saber emplear los recursos matemáticos de tal suerte que sirvan para encontrar el camino más corto y seguro, sin reparar en que el método de solución pertenezca a la aritmética, al álgebra, a la geometría, etc. Por eso será útil examinar un caso en que el empleo del álgebra tan solo embaraza la solución. Como ejemplo aleccionador puede servirnos el siguiente problema:
Encontrar el número más pequeño entre los que divididos
por 2 dan de residuo 1
por 3 dan de residuo 2
por 4 dan de residuo 3
por 5 dan de residuo 4
por 6 dan de residuo 5
por 7 dan de residuo 6
por 8 dan de residuo 7
por 9 dan de residuo 8
Propusiéronme este problema acompañándolo con las siguientes palabras: “¿Cómo lo resolvería usted? Aquí hay demasiadas ecuaciones y resulta muy lioso”
La cosa es sencilla. Para la solución del problema no hacen falta ni ecuaciones ni álgebra. Se resuelve con un sencillo razonamiento aritmético.
Agreguemos una unidad al número buscado. ¿Cuál será el residuo de este número si lo dividimos por dos? Será 1 + 1 = 2; es decir, el número se divide por 2 sin residuo. De esta misma manera se divide sin residuo por 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9. El menor de estos números será 9 · 8 · 7 · 5 = 2.520, y el número buscado, 2.519, lo que es fácil comprobar.
Notas: