INMORTALES, LOS
(The Highlander, 1986, Russell Mulcahy)
Christopher Lambert, no precisamente un docente de la interpretación, ganó su fama mundial gracias al papel de Connor «The Highlander» MacLeod. Antes estaba el empujón tras años de trabajo proporcionado por la película del hombre mono Greystoke, pero sería con Los inmortales con la que rompería fronteras con un guardaespaldas de lujo como lo es Sean Connery. Al grito de sólo puede quedar uno, guerreros mitificados de toda época y lugar, y que responden a la peculiaridad subrayada en el título del filme, luchan a brazo partido por exterminarse unos a otros. Decapitación y listo. En fin, ni la guillotina francesa se tomó tantas libertades.