CORAZÓN DEL ÁNGEL, EL
(Angel Heart, 1987)
Estudio: Carotco international N.V. Director: Alan Parker. Intérpretes: Mickey Rourke, Robert De Niro, Lisa Bonet, Charlotte Rampling, Stocker Fontelieu, Michael Higgins. Duración: 110 minutos.
Con una factura impecable que fusiona el cine de terror con las películas de detectives y el conocido como film noir, El corazón del ángel guarda en su seno una trama la mar de original a la par que inquietante. Las correrías de Harry Angel, un sabueso privado que sigue la pista a un tal Johnny Favourite, crooner herido durante la Segunda Guerra Mundial que hace tiempo no da señales de vida, son el centro de la acción. A tan extraño vocalista le busca un personaje escalofriante llamado Louis Cyphre, interpretado por el inconmensurable Robert De Niro que te arregla un largo con sólo soltar tres frases. En la más sórdida Nueva Orléans transcurre este rompecabezas que posee un final totalmente inesperado. Contar más sería delito.
Aun así, y distando mayores matices, lo que realmente avivó el fuego de la controversia fue una escena de cama de Harry (Mickey Rourke) con el personaje de Lisa Bonet. Ella, jovencita que salía de hacer de la típica tópica niña bien de familia norteamericana en The Cosby Show, se metía un revolcón salvaje con el futuro boxeador frustrado que era todo un sangre, sudor y sexo. Dichas tensiones y una crítica un tanto dispar colocaron a Angel Heart en posición desfavorable, algo que únicamente cambiaría con su llegada a los vídeos caseros. Un nuevo culto cinematográfico nacía entonces para disfrute de los fanáticos de tomas terroríficas con pretensiones, y con mucho de clase elitista.
Las mascaradas rodadas aquí son varias, barajando diversos temas recurrentes que van del flashback al déjá vu. Los elementos usados para hacer saltar ciertos resortes se fundamentan en el sentido que se les da a las armas, a los espejos, a los perros o a una canción repetitiva que narra una historia sobre una mujer que vive en los sueños de Favourite. Sin embargo son los nombres de los personajes los que dan pie a juegos de palabras y significados. Por un lado está el protagonista, Harry Angel, que, si nos fijamos en el título de la novela en la que se basó la historia, «Fallen Angel» («El Ángel Caído») de William Hjórstberg, deja respuestas claras y ofrece más pistas de las que pudiésemos desear. Johnny Favourite hace referencia al ángel favorito de Dios, mientras que la pronunciación de Louis Cyphre es similar a la de la palabra Lucifer.
Alan Parker, el cuidado maestro de ceremonias de toda la filmación, director de lujo, venía de curtirse en los más variopintos saraos. El expreso de medianoche, Fama o El muro (film de la ópera rock de los británicos Pink Floyd), son algunos de los ejemplos claros de lo que podía cubrir con su cámara este cineasta. Entonces se embarcó en lo que él mismo catalogaría como un cruce entre una historia de detectives de Raymond Chandler y Fausto. Y en el citado largometraje pasó cualquier tipo de frontera antes planteada. Sus saltos de la sutileza a lo macabro, siempre sin tocar casquería gore, consiguieron ofrecer una vida distinta a una obra que podría estar emparentada con La escalera de Jacob, todo gracias a la nula comprensión que recibieron en sus sendos estrenos.
A día de hoy, en unos tiempos en los que el ocultismo vuelve a tomar relevancia en los medios (ahí está Cuarto milenio), sin duda posee una razón de ser más que sincera. Parker puede mantenerse orgulloso tras tanta oleada de terror oriental, sabiéndose insuperable. Y es que, si ahora que pasamos por la imparable moda de los remakes, aún no le han sacado una copia modernizada, por algo será. Difícil repetir tan encajado reparto como imposible de clonar una mano tan diestra como la del bueno de Alan.