ENEMIGO MÍO
(Enemy Mine, 1985)
Estudio: 20th Century Fox / Kings Road Entertainment. Director: Wolfgang Petersen. Intérpretes: Dennis Quaid, Louis Gossett Ir, Bumper Robinson, Brion James, Richard Marcus, Carolyn McCormick, Jim Mapp. Duración: 108 minutos.
En no pocas ocasiones los detractores de géneros como la fantasía y la ciencia-ficción desprecian las obras adscritas a esta clasificación calificándolas como meros productos de entretenimiento ligero y de orientación casi infantil. Nada más lejos de la realidad, puesto que en un gran número de casos bajo una historia en apariencia simple se esconden lecciones profundas sobre ética y otras consideraciones vitales del ser humano. Bajo este prisma se puede entender la novela corta de Barry Longyear Enemy Mine, publicada inicialmente en 1979. En aquella obra, Longyear presentaba bajo el manto de una narración encuadrada en la ciencia-ficción más clásica, todo un moralizante y enternecedor relato sobre la compasión, la amistad y la superación de los prejuicios.
Ponme en tu testamento, «jodio».
La adaptación al celuloide del libro no tardaría en ser planteada, aunque el camino no estuvo exento de dificultades de todo tipo. El proyecto sería ofrecido a directores como Terry Gilliam o Richard Loncraine, pero la tarea recayó finalmente en el alemán Wolfgang Petersen. Antes de subirse al definitivo tren este último, Loncraine había llegado a filmar una cantidad considerable de metraje en Islandia, cintas que fueron desechadas aparentemente por diferencias creativas al tiempo que el proyecto era puesto en letargo debido a graves problemas de presupuesto. Afortunadamente, con la aparición de Petersen en el cuadro las cosas comenzaron a aclararse y, con un año de retraso, comenzaría el rodaje definitivo en los Bavaria Film Studios de Munich —estudios donde también grabó el alemán La historia interminable— y en el Parque Nacional de Timanfaya, sito en la canaria isla de Lanzarote. Ambientada en un futuro aún lejano, Enemigo mío mostraba la dramática y emocionante aventura de los pilotos de combate Willis Davidge (Dennis Quaid) y Jeriba «Jerry» Shigan (Louis Gossett Jr.), humano y drac respectivamente, en su lucha por la supervivencia en un casi desierto planeta en el que quedan varadas sus naves espaciales. En un principio los prejuicios condicionan desde uno y otro lado las actitudes, aunque poco a poco Davidge y «Jerry» (pues así bautiza Davidge a su en un comienzo enemigo irreconciliable) irán percatándose de que realmente no son tan distintos, estableciéndose de esta manera una profunda amistad que derribará todo tipo de barreras.
Es imposible no trazar un paralelismo entre la historia de Davidge y Shigan y la lucha interna que libramos a diario entre nuestra razón y nuestros prejuicios e ideas preconcebidas hacia el diferente, el forastero,… en última instancia hacia las personas de otras etnias o culturas que no son la nuestra. De ahí el título de la novela y del film, puesto que al fin y al cabo el peor enemigo de cada uno de nosotros somos nosotros mismos. Por suerte, Enemigo mío nos muestra y enseña algo muy importante: que la voluntad y la comprensión mutua son capaces de diluir estas diferencias para dar lugar a sociedades y relaciones interpersonales más sanas y provechosas. Tampoco es casual la elección de dos actores negros para encarnar a «Jerry» y al infante Zammis (Bumper Robinson), dada la procedencia del autor de la novela (norteamericano) y la lamentable historia de conflictos raciales entre blancos y negros en Estados Unidos por todos conocida. Por otro lado, la colonia minera establecida en el planeta Fyrine IV por varios humanos desalmados que esclavizan y humillan a cuanto drac se pone a su alcance —incluido Zammis— nos retrotrae irremediablemente a las épocas más oscuras de esclavitud ejercida por el hombre blanco sobre el hombre negro.
Raramente se puede leer un eslogan más acertado que el escogido para esta película, que reza así: «Enemigos porque les enseñaron a serlo. Aliados porque tenían que serlo. Hermanos porque se atrevieron a serlo». Estas tres frases resumen a la perfección la esencia de una película que entretiene, emociona y enseña a partes iguales.