ARMA LETAL
(Lethal Weapon, 1987)
Estudio: Warner Bros. Director: Richard Donner. intérpretes: Mel Gibson, Danny Glover, Gary Busey, Mitch Ryan, Tom Atkins, Darlene Love, Trací Wolfe. Duración: 116 minutos.
«Lo que amo de Arma letal es la oportunidad que se me puso en bandeja para rodar una película de acción con un total sentido de la realidad. No soporto la violencia gratuita, así que enfocamos la historia en la relación de Mel y Danny al trabajar juntos». Richard Donner debía estar de guasa o con una curda de mil demonios cuando soltó tamaña perla. Es cierto que la compenetración entre dos policías de primeras en polos totalmente opuestos ofrece carcajadas excelsas gracias a situaciones de lo más delirantes, pero que eso no nos separe de uno de los puntos clave en cuanto a películas de «maderos» se refiere en los fiesteros 80: la carta blanca para el despilfarro de balas. En los largos de soldados mitificados y heroicos (sí, Stallone y otros amantes de los esteroides), de polis y cacos, de contiendas barriales, y demás etcéteras derivados, pareciese como si los cargadores jamás se vaciasen. Andanadas de balazos, ráfagas, tiro a tiro, daba igual la modalidad seleccionada, aquello era como un videojuego, es decir, munición ilimitada.
Aun así, se encuentra ante una de las sagas más interesantes y añoradas del cine de acción parido hace unas décadas. El imaginar dos personajes como Roger Murtaugh (Danny Glover) y Martin Riggs (Mel Gibson), en aquellos días, es casi como ir contra el sistema de las grandes productoras. Los vigías del pedestal por el pueblo norteamericano mutaban en dos seres totalmente absurdos para un filme de estas características. Seguramente eso sea lo que les haga especiales, y a la posterior copia Tango y Cash, una tonta pantomima de chistes contados («poli malo y poli peor», gritaban Sly y Kurt Russell). Murtaugh es uno de esos agentes de la ley que ya está deseando recibir su merecida jubilación para pasar jornadas completas con su numerosa y amada familia. Riggs, por su parte, no es más que un ex combatiente del conflicto bélico en Vietnam que vive como agente en el desasosiego de una vida en favor de la autodestrucción. Su meta es acabar con su propia existencia, un suicidio que no llega; por ello, y mientras consigue mandarse al otro barrio, acepta las misiones más arriesgadas para pasar el rato.
Arma letal avanzaba bastantes pasos como buddy movie con respecto a Limite 48 horas a la hora de meterse en el bolsillo al público negro. El papel de Eddie Murphy en la citada filmación, aunque termina subiendo en cuanto a estatus se refiere, simplemente se resume en la vida de un delincuente con oportunidades cuando se topa con Nick Nolte (que le trata a patadas casi en la totalidad de la historia). Sin embargo, en Arma letal Danny Glover en el cuerpo de Murtaugh ejerce de padrazo de familia, figura respetada de su comunidad, hombre de bien con una moral y una ética sin mácula; mientras Gibson explota un rol macarra y de suburbio. El tercer punto esencial fue un malvado glorioso como Joshua, que tuvo la facha de Gary Busey, otro pilar del cine norteamericano a reivindicar. «Tenía mariposas en el estómago, nunca había hecho de chico malo y parecía que nadie me había visto desde que perdí peso. Decidí tomar la propuesta de trabajar junto a Dick, Joel, Mel y Danny. Constantemente busco a alguien que saque lo mejor de mí como actor, y estos tipos pueden», declaraba el propio Busey.
Entre los expedientes X y casualidades que de primeras pareciesen sucesos paranormales se encuentra un diálogo de Tom Atkins (Michael Hunsaker). El personaje explica la operación de la CIA conocida con el nombre clave Air America. Aquella línea privada funcionando en Laos durante la guerra de Vietnam tendría en 1990 su film en las grandes pantallas,… ¿y a que no adivina quién era su máximo protagonista? ¡Exacto! El mismo Mel Gibson que viste y calza.