POSESIÓN INFERNAL
(The Evil Dead, 1982)
Estudio: Renaissance Pictures. Director: Sam Raimi. intérpretes: Bruce Campbell, Ellen Sandweiss, Richard DeManincor, Betsy Baker, Theresa Tilly, Duración: 82 minutos.
«La experiencia definitiva de terror en estado puro». Así rezaban los títulos de crédito finales de Posesión Infernal. Al mismo tiempo, Stephen King dijo de ella: «The Evil Dead es la película de terror más ferozmente original del año». Visto el resultado, no es para menos. El título que ahora le presentamos puede ser considerado fácilmente como una de las películas independientes más logradas de todos los tiempos, a la vez que una de las más escalofriantes. Tan es así que The Evil Dead se ha labrado con el paso de los años la categoría de film de culto, provocando tantas pasiones entre los aficionados como títulos legendarios tales como Cabeza borradora o The Rocky Horror Picture Show.
Poca gente sabe que Posesión infernal tuvo un antecedente que respondía al nombre de Within the Woods, corto dirigido por Sam Raimi en el año 1978 que ya presentaba a varios de los personajes, temáticas y actores que participarían en The Evil Dead, ya en forma de largometraje. Rodada de forma artesanal y con cuatro duros, Posesión infernal mutaría finalmente en una de esas extrañas joyas que surgen del puro ingenio y la persistencia. El argumento era de lo más simple, mas lo que apartó The Evil Dead del resto de las películas de terror rodadas hasta el momento de su estreno fue la manera de llevarlo a cabo, todo un catálogo de argucias y trucos en pro de mantener al espectador pegado a su asiento y envuelto en una atmósfera amenazadora y atroz. Posesión infernal sencillamente relataba la aterradora peripecia que sufren cinco jóvenes en una cabaña aislada en medio del bosque cuando despiertan a una fuerza maligna a través de invocaciones obtenidas a partir del «Morturom Demonto», libro de los muertos encuadernado en piel humana y escrito con sangre. Tal obra estaba inspirada clara e inequívocamente en el «Necronomicon», falso tratado nacido de la imaginación de H.P. Lovecraft y empleado insistentemente en sus relatos. De hecho el título de la película en el momento de estrenarse era Book of the Dead (Libro de los muertos).
A partir de este argumento más simple que el mecanismo de un chupete, Sam Raimi conseguía desplegar, con la ayuda fundamental de todo su equipo, una serie de situaciones espeluznantes encadenadas de tal manera que resultaba imposible disfrutar de un solo momento de respiro desde el mismo momento en que Cheryl (Ellen Sandweiss) era inmovilizada y agredida sexualmente por el bosque que rodeaba la destartalada cabaña. Ver para creer. Es desde esta misma secuencia que, uno tras otro, los muchachos se van transformando en zombies sedientos de sangre cuya única motivación consiste en acabar con sus compañeros. Y no piense que todo esto ya lo había visto en La noche de los muertos vivientes de George A. Romero, dado que Posesión infernal dejaba en pañales en cuanto a violencia y efectos gore a tamaño clásico del género. Pero, afortunadamente, The Evil Dead no sólo era exageración y casquería, sino que detrás de todo ello subyacía una utilización de las cámaras (destacando los planos subjetivos), un montaje y unos efectos de sonido totalmente magistrales que lograban introducir al espectador en un universo irreal e impactante aunque paradójicamente creíble. Y todo ello a pesar de evidentes errores de continuidad y de estar realizada con efectos especiales rudimentarios.
Posesión infernal tendría su secuela —más bien un remake dirigido por el propio Raimi tras perder los derechos sobre The Evil Dead— en Terroríficamente muertos (1987) y una nueva continuación de la saga con El ejército de las tinieblas (1992). De sobreexplotación de la franquicia podría hablarse si tenemos en cuenta que se espera para 2009 un nuevo remake de Posesión Infernal, con la novedad de que en esta ocasión no será dirigido por Sam Raimi. Por otro lado, no podemos olvidar la aparición de Bruce Campbell, actor fetiche de Raimi, de una u otra manera tanto en The Evil Dead como en la mayoría de las películas del director. Un Raimi que por otra parte erraría el tiro con su siguiente película Crimewave: ola de crímenes, ola de risas (1985), en la que transformaba una absurda historia pergeñada por los renombrados hermanos Coen en un aburrido e insulso largometraje.