ABYSS
(The Abyss, 1989)
Estudio: 20th Century Fox / Pacific Western / Lightstorm Entertainment. Director: James Cameron, Intérpretes: Ed Harris, Mary Elizabeth Mastrantonlo, Michael Biehn, Leo Burmester, Todd Graff, Kimberly Scott, John Bedford Lloyd. Duración: 155 minutos.
Los científicos aseguran que las profundidades abisales de nuestros océanos guardan tantos secretos como el espacio exterior. Probablemente esta idea resultara clave en el planteamiento de una película como Abyss. El hecho es que existe un innegable paralelismo entre la tecnología, trajes y demás aparatos empleados en la exploración submarina y los utilizados en el estudio del espacio, por no decir también que la manera de moverse bajo el agua y en entornos de gravedad cero es extraordinariamente similar. Ahí tenemos un punto de partida para este megalómano proyecto de James Cameron.
Se comenta también que los personajes de Ed Harris y Mary Elizabeth Mastrantonio creados por Cameron son los reflejos de celuloide del propio director y su mujer —al mismo tiempo productora del filme— Cale Anne Hurd, en pleno proceso de divorcio por aquel entonces. De esta manera obtenemos el otro motor fundamental de un proyecto como Abyss, aunque la película prometía muchas más emociones fuertes, ya fuera en forma de aventuras o de intrigas políticas que a punto estaban de terminar con el planeta Tierra, extraterrestres mediante. Sin embargo, llevar a la gran pantalla tan ambicioso e intenso guión no resultaría nada fácil. La principal dificultad residía en cómo rodar la película en un entorno acuático (películas anteriores como Tiburón y posteriores como Titanio o Waterworld demostraron que la cuestión no era moco de pavo). Finalmente se optó por utilizar un par de contenedores nucleares fuera de uso repletos de agua para llevar a cabo el proceso de filmación, rodaje que terminaría con la paciencia de muchos de los actores, encabezando la trifulca un Ed Harris totalmente harto de las exigencias de un desaforado James Cameron. El hambre se juntó con las ganas de comer, y es que combinar condiciones extremas de rodaje con un director exigente y obsesivo, no parece precisamente el punto de partida ideal para trabajar en una producción de este tipo.
La versión estrenada originalmente en cines dejaba a Abyss como una especie de Encuentros en la tercera fase en versión submarina mezclada con una serie de aventuras y una historia de amor y reconciliación (la protagonizada por Harris y Mastrantonio, o lo que es lo mismo, Virgil «Bud» Brigman y su señora Lindsey). El posterior montaje del director sacado a la luz por Cameron en 1992 dejaría claro que en la historia no todo era un camino de rosas. La media hora añadida mostraba cómo los originalmente bondadosos aliens estaban a un tris de acabar de un plumazo con la vida en nuestro planeta en unas espectaculares y tensas secuencias con tsunamis de cientos de metros de altura que finalmente eran retirados por los extraterrestres bajo la tácita promesa de no volvernos a portar mal con nuestros semejantes (ilusos…). Parece que todo aquello, unido a las casi tres horas de duración de aquella versión, no debió de convencer a unos productores en busca de un éxito comercial que jamás alcanzarían. Sea como fuere, resulta imprescindible ver la versión extendida, dado que hace de los extraterrestres un factor fundamental en la conclusión del film, dejando apartado su papel de comparsas del metraje original.
Espectacular, emocionante, trepidante… son adjetivos que definen a la perfección una película que, pese a marcar un verdadero hito en su momento —de hecho se llevó el Oscar los mejores efectos visuales—, pasó relativamente desapercibida en las salas de cine. Algo injusto para una cinta que se muestra pletórica a todos los niveles: actuación, música (Alan Silvestri), impacto visual —recordemos que como artista conceptual figuraba Jean Giraud «Moebius»—, giros arguméntales y todo lo que nos podamos imaginar.