MASTERS DEL UNIVERSO
(Masters of the Universe, 1987)
Estudio: Golan-Globus Productions / Edward R. Pressman Film Corporation. Director: Gary Goddard. Intérpretes: Dolph Lundgren, Frank Langella, Courteney Cox, Meg Foster, Blliy Barty, Robert Duncan McNelll, Jon Cypher, Chelsea Field. Duración: 103 minutos.
En 1981 la casa de juguetes Mattel lanzaba al mercado su línea de muñecos (ahora los llaman figuras de acción) Masters del universo, compuesta por ocho personajes. Cada una de estas figuras incluía un mini-cómic. El éxito entre los chavales fue tal que pronto surgirían series de dibujos animados y comics propiamente dichos —publicados alternativamente por los eternos rivales DC y Marvel, algo digno de tener en cuenta— basados en estos juguetes. Tal euforia culminaría con la realización de una película inspirada en los héroes y villanos que formaban parte de esta saga.
En España la fiebre por estos muñecos también fue considerable, y quien más quien menos ansiaba hacerse con el imponente Castillo de Greyskull, verdadera joya de la corona comparable al Fuerte o al Barco Pirata de los clicks de Playmobil. Afortunadamente en aquella época y con aquellas edades no reparábamos en los nombres de cada uno de aquellos muñecos y sus significados. ¿Ha visto usted alguna vez un nombre más cutre que He-Man? Pues espérese que todavía hay más. ¿Skeletor? ¿Man-At-Arms? Eso ya es insuperable. Lo importante es que uno se entretenía a base de bien con esas figuras que se habían convertido en la comidilla del barrio por derecho propio. Así que cuando nos enteramos de que habían hecho una película titulada Masters Del Universo ya nos frotábamos las manos. La curiosidad era enorme.
La cruda realidad golpeaba al observar el resultado final del largometraje. El filme se iniciaba con la música de Bill Conti, una melodía sospechosamente similar en estructura e intenciones a la de John Williams para Superman. En este punto encontramos la primera conexión con Rocky, la segunda llegaba cuando comprobábamos que He-Man era encarnado por el mismísimo Ivan Drago, aquel ruso malo malísimo que había dejado hecho un cristo al pobre de Apollo Creed un par de años antes. El actor respondía al nombre de Dolph Lundgren, el nuevo cachas que amenazaba con dejar en pañales (por lo lamentables, se entiende) las dotes interpretativas de Arnold Schwarzenegger. Como villano por excelencia se alineaba aquella especie de émulo de baratillo del Emperador Palpatine, ese Skeletor interpretado por Frank Langella cuya careta se notaba a la legua. Y el caso es que a pesar de todo la película entretenía (y lo sigue haciendo vista hoy en día), pero estaba claro que demasiadas cosas chirriaban en Masters del universo, por mucho que como diseñador implicado apareciera el genio del cómic Jean Giraud «Moebius». En cualquier caso, estamos hablando de un entretenimiento del tipo que proveen habitualmente las llamadas películas de serie B, esas que explotan una especie de atracción por lo kitsch similar a la ejercida por Flash Gordon años antes y por Las tortugas ninja unos añitos más tarde.
Un análisis serio de la trama y la puesta en escena de Masters del universo mueve a la hilaridad. Resulta que en Eternia, un territorio ubicado en una galaxia remota situada a años luz de la Tierra, también existe el colorante para el pelo, o al menos el agua oxigenada a espuertas, habida cuenta del modelito capilar que luce el bueno de Lundgren. Rubio de pote total, como diría nuestro admirado Héctor del Mar. De acuerdo, aceptamos barco como animal acuático, pero aún más extraño es que los habitantes de Eternia articulen un perfecto inglés con el que se entienden fenomenalmente con Julie (Courteney Cox) y Kevin (Robert Duncan McNeill), los terráqueos que se ven envueltos en semejante desbarre. Parece que la Commonwealth se extendió más de lo que pensábamos.
Sea como fuere, no podemos dejar de reivindicar la capacidad de divertir de Masters del universo. Una forma de diversión infantil, de acuerdo, pero ojalá muchas películas actuales tomaran buena nota. No sabemos si esto ocurrirá con la nueva versión de Masters del universo que se prepara para 2009, mismo año para el que se prevé el estreno del film basado en otra saga de figuras de acción que hizo las delicias de nuestros años mozos: G.I. Joe. ¡Ay, qué tiempos aquellos…!