UHF
(UHF, 1989)
Estudio: Cinecorp / Orion Pictures. Director: Jay Levey. Intérpretes: Weird Al Yankovic, Michael Richards, David Bowe, Victoria Jackson, Kevin McCarthy, Fran Drescher, Trinidad Silva, Gedde Watanabe. Duración: 97 minutos.
¿Se acuerda de aquella película de 1992 en la que dos tipos se dedican a emitir su programa de televisión desde el sótano de su propia casa? Si está pensando en Wayne’s World ha acertado plenamente. Pues bien, tres años antes un punto de partida similar fue empleado como vehículo para UHF, un film escrito y dirigido a la medida de Weird Al Yankovic, posiblemente el cómico dedicado a la parodia musical más popular de la era MTV. No en vano, el mismo Yankovic y el director Jay Levey (a la sazón realizador de los videoclips que elevaron al humorista a la categoría de estrella) fueron los autores del guión de esta cinta.
A finales de los 80 Weird Al Yankovic se encontraba en el pináculo de su popularidad, por lo que la idea de crear un largometraje con el cómico y su peculiar sentido del humor como protagonistas absolutos era una apuesta sobre seguro. El problema llega cuando se entiende el argumento de la película como una mera sucesión de gags más o menos resultones y se trata de rellenar los espacios con reminiscencias de la comedia ochentera en unos registros nada familiares a los ojos de los seguidores del propio Yankovic. El caso es que George Newman tiene una imaginación portentosa que le lleva a convertir el Canal 62 del UHF en seria competencia para el Canal 8, líder de audiencia hasta ese momento, todo gracias a programas como La ruleta del pescado, El salvaje reino de Raúl o Conan el bibliotecario —de acuerdo, al traducir Conan the Librarían por su equivalente castellano se pierde la gracia del chiste, como ocurre con algunos otros gags de la película, por lo que se recomienda la versión original subtitulada—, además del espacio estrella de la cadena presentado por el desfasado Stanley Spadowski (Michael Richards). Pero esto no es excusa suficiente para incluir sin venir mucho a cuento parodias como la de Rambo o la del videoclip de Diré Straits «Money for nothing», y no queremos decir con esto que los sketches en sí pierdan su gracia (que la tienen, y a cascoporro), pero la cosa queda demasiado parcheada. Ni siquiera la visión ácida de Yankovic y Levey de la cultura pop estadounidense y esa mirada de soslayo al llamado «sueño americano» permiten transferir más coherencia a una historia que se podría haber contado con más intención de continuidad.
En cualquier caso, es notorio al ver UHF que tampoco se concibió como un film de grandes pretensiones sino como entretenimiento ligero al uso, pero con nombres tan reconocidos de la comedia americana como Michael Richards, Victoria Jackson o Fran Drescher queda la sensación de que se podía haber mejorado el resultado. No obstante, UHF guarda grandes momentos para los amantes de la comedia norteamericana. Sobresalientes son los anuncios que emite el Canal 62 entre su disparatada programación, tales como el de la macrotienda Spatula City, dedicada por completo a vender espumaderas —no dudamos que el consumismo de la sociedad actual pueda alcanzar en algún momento estos extremos de absurdidad—, o el de Gandhi II, una especie de justiciero de la ciudad que, harto de la resistencia pasiva, se dedica a repartir mamporros entre los malhechores.
En cuanto a la andadura comercial de UHF, hay que decir que pese a los pronósticos del todo favorables, la película no funcionó todo lo bien que se esperaba en los cines, pasando a engrosar casi al instante la interminable lista de films «de culto» (lo cual en ocasiones viene a significar bodrio de celuloide, pero no es el caso). Una de las razones hay que buscarla en la práctica coincidencia en el tiempo con blockbusters como Batman o Indiana Jones y la última cruzada. Algo mejor le fue a UHF: Original Motion Picture Soundtrack and Other Stuff, disco que recogía las canciones de la película además de material adicional registrado por Weird Al Yankovic entre 1988 y 1989. En aquel álbum se incluían la parodia de «Money for nothing» en la que tocó la guitarra el mismísimo Mark Knopfler y uno de los medleys de polka tan característicos de Yankovic, ese «Hot rocks polka» que unía numerosos temas de los Rolling Stones.
UHF marcaría el inicio de un período oscuro para el artista de Lynwood, que tuvo que esperar a 1992 para que Off the Deep End y su «Smells like Nirvana» (revisión satírica del éxito de Nirvana «Smells like teen spirit») le devolvieran a la posición de estrella mediática que jamás debió abandonar. A partir de entonces, Yankovic ha ido editando de manera esporádica discos en los que se sigue mostrando en plena forma aunque lejos de los laureles conseguidos de manera justa en los 80 gracias a clásicos como «Eat it», «Fat» o «Like a surgeon». Seguro que un rápido vistazo le permitirá identificar a qué canción parodia cada uno de estos títulos. Sonrisas aseguradas.