VIAJE ALUCINANTE AL FONDO DE LA MENTE, UN
(Altered States, 1980)
Estudio: Warner Bros. Director: Ken Russell. Intérpretes: William Hurt, Bialr Brown, Bob Balaban, Charles Haid, Thaao Penghlis, Miguel Godreau, Dori Brenner, Peter Brandon. Duración: 102 minutos.
Quizá el nombre de Paddy Chayefsky no le diga nada. Resulta curioso comprobar cómo a veces en la vida es más útil vender una imagen y saber publicitar tus logros —por escasos que sean— que el mismo hecho de alcanzarlos. El caso de Chayefsky es palmario. Nada menos que tres Oscars de la Academia como mejor guionista (por Marty en 1955, Anatomía de un hospital en 1971 y Un mundo implacable en 1976) y nos resulta un completo desconocido. Lo cierto es que Chayefsky publicaba con el nombre de Sidney Aaron y poco antes de morir el libro «Altered States», la única novela que llegaría a escribir en su vida. El argumento de aquella obra giraba en torno a los experimentos sobre la alteración de la conciencia humana a través de las drogas y la deprivación sensorial, una especie de aislamiento total del mundo exterior para conseguir un ensimismamiento total del sujeto en cuestión. Dicha novela sería adaptada a la gran pantalla por Ken Russell, cineasta conocido hasta entonces por películas como Tommy o Lisztomania. Con un estilo visual agresivo, rompedor y brillante, Russell nos contaba la historia del científico desencantado con el mundo material y dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias de su trabajo, convirtiéndose él mismo en el sujeto experimental. William Hurt, en su primera aparición en el celuloide, interpretaba en Altered States a este hombre al borde de la locura que se verá envuelto en una espiral de caos y violencia —ante todo psíquica— como pocas veces se ha visto en el cine. Ríase usted de los spots de la FAD, una simple visión de Un viaje alucinante al fondo de la mente (que tiene narices la «traducción») puede hacer que se le quiten a cualquiera las ganas de jugar con hongos, pastillas y otro tipo de drogas alucinógenas. A lo largo del film el profesor Eddie Jessup (Hurt) va sufriendo en su persona tal cantidad de estados alterados de conciencia y de otro tipo de aspectos que a veces uno se pregunta si no sería el propio Ken Russell quien se entregó al trip alucinógeno mientras realizaba esta película. Tal es la sucesión de imágenes contradictorias, chocantes y perturbadoras y de efectos especiales espectaculares para su época que uno no puede quitar la vista de la pantalla desde el comienzo hasta la conclusión de la cinta. Y esto a pesar de que el tramo final de Altered States entre en un sumidero daliniano de especulaciones metafísicas que dejan a Carretera perdida en un mero juego de niños. En este sentido, la película recuerda a los momentos más desfasados de David Lynch, poniendo de manifiesto que no importa lo «pirado» que estés, siempre habrá alguien que te supere o que al menos te iguale.
A William Hurt se le sube la sangre a la cabeza.
Un viaje alucinante al fondo de la mente cae por lo tanto en el universo formado por esas cintas que tienen poco o ningún sentido pero que le atrapan con tal intensidad a uno en sus bizarras coordenadas que le acaban dejando boquiabierto. Su planteamiento de base, por otro lado, nos remite a filmes como La escalera de Jacob (1990) o la más reciente The Jacket (2005). Sería absurdo también soslayar las referencias que apuntan a otro clásico de los 80 como es La mosca de David Cronenberg (1986), sobre todo debido a la transformación que sufre el pobre Jessup a partir de la mitad del film.
Ignoramos si Timothy Leary —el apólogo por excelencia del LSD— llegó alguna vez a ver Altered States, pero de haberlo hecho bien podría haber sido una de sus películas preferidas. En el caso de haber asistido a las sesiones de presentación del film habría disfrutado con el innovador sistema de sonido Megasound que Warner Bros, comenzaba a probar por aquel entonces. Se trataba de un ingenio situado tecnológicamente entre el Sensurround de Universal Studios y el más moderno Dolby Surround. Como curiosidad final, decir que William Hurt no era el único debutante en el cine en Altered States. Drew Barrymore ya aparecía aquí como la pequeña Margaret Jessup, dos años antes de E. T. El extraterrestre.