CRISTAL OSCURO
(The Dark Crystal, 1982)
Estudio: Jim Henson Productions, Directores: Jim Henson y Frank Oz. Intérpretes: Jim Henson, Kathryn Mullen, Frank Oz, Dave Goelz, Steve Whitmire, Louise Gold, Bob Payne. Duración: 85 minutos.
Cuando el 17 de diciembre de 1982 se estrenaba en los cines estadounidenses The Dark Crystal Jim Henson vio cumplido uno de los mayores sueños de su vida, y es que estamos hablando de la que él mismo consideraba su mejor obra. El hecho de que el camino desde su concepción hasta su terminación durara cinco años muestra que el de Cristal Oscuro no fue un parto fácil. Para el año 1982 sus marionetas ya llevaban trece años divirtiendo, emocionando y enseñando a los niños de medio mundo gracias al programa Sesame Street (cómo olvidar la versión española, Barrio Sésamo). De hecho, desde el año 2004 dicho espacio ostenta el récord de ser el programa educativo para niños más popular de todos los tiempos, al haberse emitido en 180 países diferentes. Con Cristal oscuro, Jim Henson pretendía conducir la idea básica de aquel programa a un nuevo nivel, tratando de recrear en un largometraje comercial un mundo fantástico y una historia épica para todos los públicos a través de versiones evolucionadas de aquellos artefactos que le habían reportado la gloria. Por lo tanto, se trataba de un reto francamente importante, dada también la condición de que nadie había acometido jamás un proyecto similar.
El núcleo y motor creador de The Dark Crystal estaría compuesto, aparte del propio Henson, de su compañero y amigo Frank Oz (quien se encargaba del personaje de Blas en Barrio Sésamo, Bert en la versión original; Henson se ocupaba de Epi, Ernie en el original), del artista Brian Froud y del guionista David Odell. Henson y Froud darían las primeras pinceladas, poniendo sobre el papel los ambientes y los personajes. La historia y el guión de la película vendrían después, de la mano de Jim Henson y David Odell, respectivamente. En el argumento, Henson volcaría sus propias concepciones ideológicas, tales como la eterna división del ser humano en bien y mal como sentimientos contradictorios y a la vez complementarios. A simple vista podría parecer más de lo mismo, pero un simple visionado de la película revelaría que Cristal oscuro representaba algo más que una pura y clásica pugna entre dicha dualidad. O, en términos de la obra, los bondadosos Místicos y los crueles Skeksis. El factor humano sería encarnado en los dos Gelflings que se convierten en salvadores del planeta Thra: los simpáticos Jen y Kira. El propio Henson daría vida al primero en el celuloide, al tiempo que Frank Oz se reservaría para sí el papel de la bruja Aughra. Ambos interpretarían vanos papeles más en la filmación.
El mayor logro de Cristal oscuro fue conseguir que los muñecos diseñados para el filme proyectaran una ilusión de realidad y naturalidad ante el espectador. Para ello, un amplio grupo de personas se enfrentó a todo tipo de dificultades y desafíos técnicos y artísticos que sólo serían conjurados gracias a la tenacidad y persistencia de los participantes. En este sentido, se puede afirmar que el objetivo se cumplió con creces, e incluso a día de hoy la película se muestra como una experiencia difícil de olvidar. Un clásico intemporal como se suele decir, y todo a pesar de que durante varios años se vio al proyecto como una quimera no factible y el posible suicidio artístico y económico de Jim Henson y Frank Oz. Nada más lejos de la realidad.
Sin Cristal oscuro y su rotundo éxito (costó 15 millones de dólares y recaudó más de 40 en todo el mundo) es bastante probable que no hubiera existido otra de las maravillas creadas por Henson en los años ochenta: Dentro del laberinto (1986), esta vez con actores reales acompañando a las marionetas. Además, se espera para 2009 la secuela del mito, también realizada por la Compañía de Jim Henson y titulada The Power of the Dark Crystal. Afortunadamente, se ha optado por preservar la esencia del film original y se emplearán tanto animatronics como efectos generados por ordenador. Una lástima que el propio Jim Henson no pueda ver plasmada en la gran pantalla la continuación de la mayor obra que nos legó, porque falleció el 16 de mayo de 1990 a causa de una neumonía de origen bacteriano. Tenía tan sólo cincuenta y tres años.