PRECIO DEL PODER, EL
(Scarface, 1983)
Estudio: Universal Pictures. Director: Brian De Palma. Intérpretes: Al Pacino, Steven Bauer, Michelle Pfeiffer, Mary Elizabeth Mastrantonio, Robert Loggia, F. Murray Abraham. Duración: 163 minutos.
Si una película estaba llamada a convertir al actor Al Pacino en el chico malo de Hollywood, esa es El precio del poder (Scarface). Brian De Palma, en una desvinculación casi absoluta de la original de Howard Hawks estrenada en los años 30, muestra la cruda realidad de las mafias que operaban en Estados Unidos. Pero en este caso rompe con la archiconocida estampa de La Familia calabresa, del eje italiano que opera en ejercicio de hampones siniestros desde los callejones de Little Italy hasta Las Vegas. La historia de Tony Montana, personaje que clava Pacino, es la de un refugiado cubano que encuentra en el universo gangster un pedacito de cielo. Quien tiene el dinero, tiene el poder; y quien tiene el poder, tiene a la chica, que diríamos.
Este relato es atípico, distanciándose a grandes pasos de tapices ya vistos. Aquí no hay honor, respeto, instituciones centenarias. La filmación se centra en la hipocresía de la tildada como guerra de las drogas. Montana y su inseparable Manny Ray, amigo que interpreta Steven Bauer, despliegan su juego sangriento, despiadado y hedonista por cada palmo de Miami. La realidad oculta es la de narrar una epopeya, una subida a las nubes mafiosas y un descenso en caída libre a sus infiernos. La obsesión de Tony por el sueño americano le hace malinterpretarlo. En su lucha por conseguir esa meta se enfrasca en una maratón de violencia y excesos. La escena final, con la terrorífica batalla campal vivida en su mansión contra las fuerzas del orden, hace presagiar lo que Tarantino traerá en los 90. Una orgía de balazos, un climax de sangre y muertos, que igualmente representa la locura que se ha apoderado de la cabeza de Montana, trastornado en pleno por los efluvios de poder y por el consumo de drogas. Armado con una ametralladora M-16 con lanzagranadas monta un cirio morrocotudo.
Tony Montana, ese icono del mafioso ochentas.
Pero Pacino y Bauer no están solos a lo largo de la cinta. Actores del talento de Robert Loggia y F. Murray Abraham les acompañan en este drama que encuadra una parte de la historia de Estados Unidos. La imagen femenina cobra fuerza y baza importante de la misma manera, personificada en los papeles de Elvira (Michelle Pfeiffer) y Gina (Mary Elizabeth Mastrantonio). Aquí no están equilibradas las capacidades, ya que mientras la primera flota insípida como soñada conquista del mafioso Al Pacino, la segunda, ejerciendo el rol de hermana de este refugiado cubano, consigue matizar un complejo dramatismo que la transforma de niña bien provecta en descarriada fiestera drogadicta, perdida en un mundo que le viene grande y al que no sabe cómo asirse.
Esta película daría base completa a uno de los juegos de consolas nacido para el escándalo; nos referimos el «Grand Theft Auto: Vice City». Este entretenimiento de pequeña pantalla, que se ha convertido en una verdadera y exitosa saga, manejaba las reglas empleadas en el guión de El precio del poder. Tal es así, que finalmente se ha terminado por presentar un juego oficial de la película, para definitivamente poner el nombre propio de Tony Montana en las consolas, lejos de descarados guiños y tramas calcadas.