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¿Por qué te entregas tan pronta?
(¡Nostalgia de resistencias
y de porfías robadas!)
Lo que era noche es de día
bruscamente, cual si a Dios,
autor de luz y tiniebla,
se le olvidara el crepúsculo
de las dulces rendiciones.
Cierro brazos, tú los abres.
Huyo. Y me esperas allí,
en ese refugio mismo
donde de ti me escondía.
¡Facilidad, mala novia!
¡Pero me quería tanto!…