Para tener miedo
Dar voces en el bosque.
Las setas y los cuentos de hadas
nos alcanzan.
Cada bulto provoca un nuevo susto.
Todavía bajo el propio sombrero,
pero ya los embudos del miedo a su alrededor
están hasta arriba.
Siempre ha habido alguien ahí.
Lecho deshecho: ¿he sido yo?
Mi predecesor no dejó nada en pie.
Distinguimos: setas
sabrosas-incomibles-venenosas.
Muchos micólogos mueren jóvenes
y dejan un montón de notas.
Níscalos, colmenillas, trompetas.
Con Sophie íbamos a coger setas
antes de que el Emperador fuese a Rusia.
Yo perdí mis gafas
y recurrí a chuparme el dedo;
ella encontraba sin parar.