Tarde
Sólo conozco,
en la medida en que se muestra,
la Naturaleza.
Con mano titubeante
la veo en pedazos,
jamás
o sólo cuando estoy de suerte
entera.
Qué quiere decir o qué fin tiene
tanta hermosura
como la que, ya de mañana,
se aprecia en mis excrementos,
no lo sé.
Por eso vacilo en irme a la cama,
porque el sueño hace borrosos los objetos
y les da sentido.
Quiero permanecer despierto.
Quizá se moverá la piedra
o vendrá Agnes
trayendo lo que me hace dormir:
comino y eneldo.