Aplazamiento
Una punta de cuchillo de sal redentora.
Otra vez aplazamiento, cuando a mi pregunta:
¿En qué siglo estamos? se respondió
culinariamente: Cuando bajó el precio de la pimienta…
Nueve veces estornudó sobre la escudilla,
donde los menudillos de liebre nadaban en su jugo.
No quería acordarse ya
de que fui su pinche de cocina.
Miraba sombríamente la mosca en la cerveza
y quería (sin más aplazamientos)
deshacerse de mí aprovechando la ocasión y la peste…
Potajes en que la cebada vence.
Cuando ella elogiaba el hambre como si fuera un manjar,
cuando reía causalmente y no a causa de los nabitos,
cuando obtuvo de la Muerte en el banco de la cocina,
con guisantes grises (llamados arvejos)
un aplazamiento…
Se acuclilla en mí y quiere liberarse escribiendo…