Embreado y emplumado
Sólo me quería desplumado.
Plumas… escribo sobre luchas
entre gaviotas
y contra el tiempo.
O un joven, con su aliento,
impulsa el plumón sobre la valla
hacia ninguna parte.
Plumón es sueño y gansos por kilo y precio.
Cada lecho lleva su carga.
Mientras ella desplumaba entre sus tontas rodillas
y las plumas, como está escrito, volaban,
dormitaba entre edredones el poder establecido.
Aves, ¿para quién?
Pero yo soplaba, mantenía las plumas flotando.
Así es la fe, cuando se transmite:
dudas embreadas y emplumadas.
Recientemente,
a la buena de Dios,
me he tallado plumas.
Primero los monjes, luego los cronistas municipales,
hoy los secretarios mantienen la mentira en movimiento.