32

—¡Laura! —gritó Clara. Tenía ganas de abofetearla a Laura o simplemente chillarle por decir algo semejante. Toda la habitación pareció ponerse a girar cuando Laura salió como una tromba al porche. Clara logró seguirla, y vio que estaba recogiendo sus armas—. Laura…

—No me hables. He pasado dos años montando la trampa perfecta y tú acabas de arruinarla. —Laura bajó a toda prisa por los escalones del porche hasta el camino que descendía hacia La Hondonada.

Puede que Clara hubiese continuado siguiéndola si una mano de madera no se hubiera cerrado sobre uno de sus hombros. Gritó a causa de la sorpresa, y al volverse se encontró con que Urie Polder estaba allí. La expresión de su cara era de una impasibilidad perfecta, pero sus ojos examinaban los de ella como si intentara leerle la mente.

—¿Puede hacerlo? —preguntó Clara.

—¿Hacer qué?

—Supongo que no. —Se encogió de hombros y se apartó de él. El brazo de madera siempre la había incomodado de una manera que no podía superar—. Mire, hemos venido hasta aquí por una buena razón. No sólo porque yo quisiera verla.

—Eso ya lo he deducido, hum…

—Si ella no quiere escucharme, al menos puedo contárselo a usted. Hemos encontrado pruebas claras de que Justinia Malvern no sólo está viva, sino actualmente activa. Ha estado cobrándose víctimas, víctimas múltiples, cada noche. Lo que significa que está aumentando su actividad para hacer algo grande, y que está buscando a Laura, a Caxton, y por eso estáis todos en peligro. También hemos observado actividad agresiva de medio muertos, lo que quiere decir que no va a venir sola. Basándonos en sus anteriores tácticas, sabemos que no llevará a cabo un simple ataque frontal. Lo más probable es que intente hacer salir a Caxton a terreno abierto antes de atacar.

—Bueno, gracias por decírnoslo —dijo Polder, al tiempo que asentía con la cabeza.

—Hablo totalmente en serio —insistió Clara, porque él no parecía lo bastante alterado—. Esperamos que el ataque se produzca a lo largo de la semana que viene. Tal vez incluso en las próximas noches.

—Parece bastante acertado, hum…

Clara negó con la cabeza.

—Sé que no tiene ninguna razón para confiar en mí.

—Ya lo creo que sí —le respondió él. Se sentó en un balancín que colgaba mediante unas cadenas del techo del porche. Empujó un poco con los pies para ponerlo en movimiento—. Usted está con ella, y no se me ocurre una recomendación mejor que ésa.

—Entonces… entonces… ¿qué está…? ¿Por qué no corre a hacer preparativos? Tiene que haber un millón de cosas que hacer.

—Las había. Están todas hechas. Ya estábamos enterados de todo lo que acaba de decir. —Se encogió de hombros, y el espeluznante brazo de madera se elevó en el aire—. Ha habido medio muertos rondando por aquí en las dos últimas noches. Uno incluso asustó a mi Patience al mirar por la ventana de su dormitorio anoche. Han encontrado una manera de esquivar las protecciones. Sí, van a atacar en cualquier momento. Pero no harán nada hasta esta noche. No mientras su abeja reina aún duerma. La señorita Malvern va a querer asestarle el primer golpe a Caxton, y todos lo saben. Es casi la única cosa predecible que probablemente haga. ¿Tiene sed, muchacha? En el porche de atrás se está haciendo un té, si le apetece un vaso…

Clara sólo podía mirarle fijamente.

—Espere —dijo.

Él no pronunció una sola palabra, sólo miró a lo lejos por encima de los árboles que cubrían la cresta.

—¿En serio?

—Hum…

—Ustedes ya lo sabían. Ya se habían preparado para esto. Mi llegada no les sirve para nada.

—Complica algunas cosas. Pero ha sido muy amable por su parte, de todos modos, que pensara en nosotros en este momento en que corremos peligro.

—Mierda —dijo Clara, que bajó corriendo del porche y se adentró entre los árboles.

No le resultó difícil encontrar a Laura. Había un sólo camino que descendía hasta La Hondonada. Laura bajaba a paso rápido de la colina, con largas zancadas para cubrir el terreno a buena velocidad. Clara no podía igualar esas zancadas, así que tuvo que echar a correr para darle alcance. Estaba sin aliento cuando por fin lo logró.

—Lo siento —dijo, mientras intentaba recuperar el aliento y explicarse al mismo tiempo.

—No he contactado contigo en dos años. ¿De verdad pensabas que quería verte ahora? —Laura ni siquiera la miraba. Simplemente continuaba caminando, y Clara tuvo que caminar hacia atrás a paso ligero para verle la cara y no quedar rezagada.

—En realidad no tenía intención de causar un problema. Glauer y yo nos marcharemos de inmediato, antes de que oscurezca. Sé que el hecho de que yo esté aquí es una carga para ti.

—Todos mis planes giran en torno al concepto de que cuando Malvern ataque, yo no tenga que preocuparme por nadie más. Si tú estás aquí, se apoderará de ti y te usará en mi contra. Igual que ha hecho siempre.

—Ya… lo sé —dijo Clara—. He estado intentando convertirme en alguien que no sea una carga de la que tengas que preocuparte. Pero supongo que ya no estamos en ese punto. Lo siento, Laura.

Entonces, Laura dejó de caminar y por fin la miró. Clara se ruborizó cuando aquellos ojos duros estudiaron su rostro.

—Hace poco Glauer dijo algo, algo que yo no quería oír —comentó Clara—. Dijo que habías tenido que escoger entre yo y los vampiros, y que habías escogido los vampiros. Y que tal vez había sido la elección correcta.

Laura no dijo nada.

—Es verdad… Lo que estás haciendo aquí es importante. Nunca tuve intención de interferir. Me marcharé ahora. Ha sido… bueno, iba a decir que ha sido agradable verte, pero entre lo incómoda que me siento por hacerte perder el tiempo, y lo mucho que me cabrea que pienses que puedes hablarme de esa manera, la verdad es que no ha sido nada agradable.

Comenzó a subir por el sendero para regresar a la casa, pero se detuvo cuando Laura la llamó por su nombre.

—Lo siento —dijo Laura. Lo decía como si tuviera que arrancarse la disculpa de dentro. Como si las palabras le provocaran dolor físico—. Lo siento. He trabajado mucho y durante mucho tiempo.

—Lo sé.

—No puedo permitir que nadie joda esto.

—Ya.

—No quiero volver a verte nunca más por aquí —continuó Laura.

—Eso ya lo he pillado bastante bien. —Clara volvió a ponerse en marcha sendero arriba. Habían terminado. Laura no volvió a llamarla.

Pero Clara no llegó muy lejos. Antes de que hubiera avanzado más de una docena de pasos, oyó un sonido como el de una cortadora de césped al arrancar, un ruido que resonó por encima de las crestas. No había visto ninguna en La Hondonada, y no podía imaginarse de qué se trataba. Sin embargo, mientras intentaba determinar dónde estaba, se hizo más potente e insistente, hasta que pareció cortar el aire en rebanadas. Alzó la mirada justo en el momento en que un helicóptero pasaba a toda velocidad, con los motores rugiendo de tal modo que bastó para ensordecerla. Los rotores levantaban un viento tan fuerte como para agitar los árboles en torno a ella y hacer caer hojas de los árboles.

Entonces oyó las sirenas y vio las luces destellantes, cuando una docena de vehículos policiales entraron a toda velocidad en La Hondonada.

32 colmillos
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
portadilla.xhtml
dedicatoria.xhtml
cita.xhtml
Section0001.xhtml
Section0002.xhtml
Section0003.xhtml
Section0004.xhtml
Section0005.xhtml
Section0006.xhtml
Section0007.xhtml
Section0008.xhtml
Section0009.xhtml
Section0010.xhtml
Section0011.xhtml
Section0012.xhtml
Section0013.xhtml
Section0014.xhtml
Section0015.xhtml
Section0016.xhtml
Section0017.xhtml
Section0018.xhtml
Section0019.xhtml
Section0020.xhtml
Section0021.xhtml
Section0022.xhtml
Section0023.xhtml
Section0024.xhtml
Section0025.xhtml
Section0026.xhtml
Section0027.xhtml
Section0028.xhtml
Section0029.xhtml
Section0030.xhtml
Section0031.xhtml
Section0032.xhtml
Section0033.xhtml
Section0034.xhtml
Section0035.xhtml
Section0036.xhtml
Section0037.xhtml
Section0038.xhtml
Section0039.xhtml
Section0040.xhtml
Section0041.xhtml
Section0042.xhtml
Section0043.xhtml
Section0044.xhtml
Section0045.xhtml
Section0046.xhtml
Section0047.xhtml
Section0048.xhtml
Section0049.xhtml
Section0050.xhtml
Section0051.xhtml
Section0052.xhtml
Section0053.xhtml
Section0054.xhtml
Section0055.xhtml
Section0056.xhtml
Section0057.xhtml
Section0058.xhtml
Section0059.xhtml
Section0060.xhtml
Section0061.xhtml
Section0062.xhtml
Section0063.xhtml
Section0064.xhtml
Section0065.xhtml
Section0066.xhtml
Section0067.xhtml
Section0068.xhtml
Section0069.xhtml
Section0070.xhtml
Section0071.xhtml
Section0072.xhtml
Section0073.xhtml
Section0074.xhtml
Section0075.xhtml
Section0076.xhtml
Section0077.xhtml
Section0078.xhtml
Section0079.xhtml
Section0080.xhtml
Section0081.xhtml
Section0082.xhtml
Section0083.xhtml
Section0084.xhtml
Section0085.xhtml
Section0086.xhtml
Section0087.xhtml
Section0088.xhtml
Section0089.xhtml
Section0090.xhtml
Section0091.xhtml
Section0092.xhtml
Section0093.xhtml
Section0094.xhtml
Section0095.xhtml
Section0096.xhtml
Section0097.xhtml
Section0098.xhtml
autor.xhtml