1. Geometría celeste.
Abrió el abismo, lleno de estrellas;
No hay fin de estrellas, de abismo al fondo
LomonosovHubo un tiempo, cuando el autor de este libro se estuvo preparando para un futuro extraordinario: Hacer el papel de un náufrago. Mejor dicho, hacerme el Robinson.
De llegar a realizarse éste en el futuro, el libro actual podrá ser escrito de mejor forma o no ser escrito. No he conseguido ser el Robinson, lo que ahora me aflige demasiado. Sin embargo, durante la adolescencia creía en mi vocación de ser un Robinson y me preparaba muy en serio. Es que un Robinson tenía que estar dotado de conocimientos y mucha práctica, no obligatoria para gente de otras profesiones.
¿Qué debe hacer un náufrago, primordialmente, cuando se encuentra en una isla? Evidentemente encontrar su ubicación geográfica, latitud y longitud. De esto, desafortunadamente, se dice muy poco en la mayoría de las novelas. En la edición del "Robinson Crusoe" original, sobre este tema encontramos solo una línea:
"En aquellas latitudes, donde está situada mi isla (es decir, según indican mis cálculos, en 9° 22' al norte de ecuador)…".
Una sensible reducción del tiempo me ha consternado, cuando ya me estaba preparando para mi futuro. Estuve dispuesto a dejar mi carrera de único habitante de la isla salvaje, cuando encontré el secreto de la "Isla Misteriosa" de Julio Verne.
No preparo a mis lectores para ser Robinsones, pero sí enseñar las formas más simples de buscar la latitud geográfica, pues pienso, hacen falta. Estos conocimientos han de ser útiles, no solo encontrándose en una isla desconocida. Cuando aún tenemos tantos sitios habitados que no están señalados en el mapa, cualquier lector puede enfrentarse con la tarea de encontrar la latitud geográfica. No hace falta ponerse en camino de aventuras marítimas para ser un Robinson, buscando por vez primera su ubicación geográfica.
Primordialmente, cabe decir, que este trabajo no es tan difícil. Observando por la noche el cielo, vemos, que las estrellas lentamente circunscriben círculos inclinados, parece que toda la cúpula armoniosamente gira sobre su eje invisible. En realidad, nosotros mismos giramos a la par con la Tierra, circunscribiendo círculos junto a su eje, en sentido inverso. En el hemisferio norte, el punto único de la cúpula, el que tiene ubicación fija es aquel donde se apoya la continuación del eje terrestre. Es el polo norte; está situado cerca de una brillante estrella en la cola de la Osa Mayor, la estrella Polar. Encontrándola en nuestro cielo nórdico, hallaremos donde está situado el polo norte del mundo. Buscarlo no es difícil, si primero encontramos la constelación de la Osa Mayor. Trazamos una línea recta a través de sus estrellas extremas, como vemos en la figura 106 y a continuación, a una distancia de longitud aproximada a la de toda la constelación, hallamos la estrella Polar.
Es un punto en el cielo, que vamos a necesitar para encontrar la latitud geográfica. Otro punto, se llama cenit , es un punto del cielo, ubicado verticalmente sobre nuestra cabeza.
Explico, el cenit es un punto del cielo, donde se apoya la prolongación de aquel radio terrestre que cruza por el sitio en que nos encontramos.
El ángulo del arco del cielo entre nuestro cenit y la estrella Polar, es el ángulo de nuestra ubicación con el Polo Norte geográfico. Si nuestro cenit está a una distancia de 30° de la estrella Polar , entonces, nosotros estamos a 30° del Polo Norte geográfico, es decir, a 60° del círculo ecuatorial; dicho de otra manera, estamos en el paralelo 60°.
Figura 106. Búsqueda de la estrella polar.
Por lo tanto, para encontrar la latitud de cualquier sitio, se necesita traducir en grados la "distancia del cenit'' desde la estrella Polar; luego restamos de 90° esta cantidad y hemos encontrado la latitud.
Podemos hacerlo también de otra manera. Como el arco entre cenit y el horizonte es de 90°, entonces, de 90° restamos la distancia al cenit de la estrella Polar, y obtenemos la latitud del arco celeste desde la estrella hasta el horizonte; digamos que encontramos la altura de la estrella Polar sobre el horizonte. Por eso la latitud geográfica de cualquier sitio es equivalente a la altura de la estrella Polar sobre el horizonte de ese sitio.
Ahora, entienden ustedes que debemos hacer para encontrar la latitud. Durante una noche clara, encontramos en el cielo la estrella Polar y medimos su altura angular sobre horizonte; el resultado deja ver de inmediato la latitud buscada de este sitio.
Si deseamos tener un resultado más exacto, debemos tener en cuenta, que la estrella Polar no coincide con el polo del mundo, está á 1¼º del polo.
Como la estrella Polar se mueve, describe alrededor del polo un círculo, manteniéndose por encima o por debajo de él, a la derecha o a la izquierda, á 1¼º .
Encontrando la altura de la estrella Polar en su punto más alto y su punto más bajo, calculamos el promedio de ambas medidas. Esta será la verdadera altura del polo, y por lo tanto, la latitud buscada del sitio.
Como consecuencia de lo antedicho, no es necesario buscar la estrella polar: podemos elegir cualquier estrella brillante y midiendo su altura en ambos extremos sobre el horizonte, y obtenemos el promedio de estas medidas.
Finalmente encontraremos la altura del polo sobre el horizonte, que corresponde a la latitud del sitio. Pero es necesario saber cuando alcanza la estrella elegida su punto más alto y su punto más bajo, lo que complica el trabajo; y no siempre se tiene éxito al observarla durante una sola noche. Por eso resulta mejor trabajar con la estrella Polar para obtener resultados bastante aproximados, sin tener en cuenta su ligero desplazamiento respecto al polo.
Hasta el momento estábamos ubicados en el hemisferio norte. ¿Cómo procederían ustedes si estuviesen en hemisferio austral? Es lo mismo, únicamente hay una diferencia, allí se necesita hallar la altura del polo sur geográfico.
Por desgracia, cerca de este polo, no existe una estrella similar a la Polar. Conocida es la Cruz del Sur que brilla demasiado lejos del polo sur, y si deseamos sacar ventaja de las estrellas de esta constelación para buscar la latitud, debemos usar el promedio de dos medidas: la más alta y la más baja.
Los protagonistas de Julio Verne en la búsqueda de la latitud de su "isla misteriosa", echaron mano, precisamente, de esta constelación del cielo austral.
Valioso resulta volver a leer aquel pasaje de la novela, en el que está descrito el trabajo.
Valioso resulta también, conocer como los nuevos Robinsones lograron su objetivo sin emplear instrumento geométrico alguno.