¿Cómo fueron los comienzos de Steven Spielberg?
Steven Spielberg hizo su debut profesional como director en un capítulo de una serie de televisión protagonizada por Joan Crawford. Cuando la mítica estrella del Hollywood clásico vio que un joven de apenas veinte años, con la cara todavía llena de acné, era el encargado de darle las órdenes, protestó airada a los productores. Pero Spielberg supo tratar a la estrella con una mezcla de respeto, cariño y profesionalidad, y consiguió pasar la prueba con notable. A pesar de ello, la estrella nunca le dejó sentarse a su lado en el restaurante del estudio para que no le confundieran con su gigoló. Spielberg siguió después trabajando en televisión, en varias series, hasta que una película suya rodada para la pequeña pantalla consiguió una gran repercusión en distintos festivales europeos y se llegó incluso a estrenar en pantalla grande fuera de los Estados Unidos. La película se titulaba El diablo sobre ruedas (1972) y era un telefilm de terror en el que el mal no estaba representado por un asesino, sino por un enorme camión que acosaba a un pobre conductor. Las excelentes críticas que recibió hicieron que la Universal le encargara su primer largometraje. Loca evasión (1974) era una road-movie que pasó sin pena ni gloria por las pantallas. Desanimado, el director estaba pensando en volver a las series de televisión cuando un día, paseando por los despachos de la Universal, vio el manuscrito de una obra aún no publicada. Se titulaba Jaws, «fauces» en castellano. Spielberg pensó que se trataba de una novela sobre un dentista o de algo pornográfico y, por curiosidad, se lo llevó a casa para leerlo. La historia comenzaba con una chica bañándose en una playa de noche. Una fuerza desconocida irrumpía desde el fondo del mar, se tragaba a la muchacha y dejaba en su lugar una gran mancha de sangre…
Tiburón se estrenó en 1975. La mezcla de emoción, intriga y terror que tenía la historia de ese gran tiburón blanco que amenazaba a los habitantes de una pequeña ciudad costera cautivó al público, y en poco tiempo se convirtió en la película más taquillera de la historia del cine. Fue el primer récord del director. En adelante, como el pertiguista Sergei Bubka, Spielberg solo competiría contra sí mismo para ir superando el listón.
Con Encuentros en la tercera fase (1977) Spielberg acercaba a los humanos a los extraterrestres con un mensaje de hermandad universal. Al director se le había ocurrido la idea de la película escuchando la canción When you wish upon a star de Pinocho, y de nuevo fue un gran éxito en taquilla. Steven Spielberg finalizó la década de los setenta con otra fantasía: 1941 (1979), una comedia disparatada situada durante la Segunda Guerra Mundial, que se centraba en el terror de los americanos a una hipotética invasión japonesa. Esta vez la película no consiguió recuperar el enorme presupuesto invertido, pero sería el último tropezón de la carrera del director.