¿Qué otras corrientes o movimientos de renovación hubo en el mundo a finales de los años cincuenta y primeros de los sesenta?
Hubo varios y todos ellos tuvieron muchos puntos en común. En Brasil el Cinema Nôvo surgió con el director Lima Barreto y su film O cangaceiro (1953). Esta tendencia cambió el sistema de producción y distribución del cine brasileño y también los argumentos, que denunciaban, a partir de entonces, la realidad social del país con sus tremendas desigualdades sociales y que se inspiraban a menudo en las tradiciones y el folclore brasileño.
El llamado «Cine Joven Alemán» nació en 1962 e intentó renovar las estructuras de la industria germana tradicional tratando en las películas nuevos temas, más comprometidos, social y políticamente, con los acontecimientos que se vivían por aquellos años en su país, es decir, el progreso económico y las relaciones con sus vecinos y hermanos, los alemanes del Este. Quisieron, de alguna manera, mostrar al mundo la otra cara de Alemania. Una cara que no tenía nada que ver con el milagro económico y renacimiento político germano. Volker Schlöndorff se convirtió en el líder del grupo con filmes como El joven Törless (1966) y Vivir a cualquier precio (1967). Esta corriente desembocaría posteriormente en el «Nuevo Cine Alemán» que brilló en los setenta.