¿Quién fue el director más odiado por sus actores?
«El director al que más he odiado ha sido Fritz Lang. Pertenecía a la cofradía de los sádicos. Vigilaba cada paso, cada respiración, todo con una sádica diligencia que Hitler no habría desaprobado. Había huido del nazismo para refugiarse en Estados Unidos, pero se comportaba como un tirano.» El párrafo lo pronunció Marlene Dietrich, pero podría haberlo firmado cualquiera de los actores que trabajaron a las órdenes del director alemán, ya que durante su trabajo en Estados Unidos Lang se ganó fama de gran déspota en el plató.
Fritz Lang había llegado a Estados Unidos huyendo del nazismo. En 1933 el ministro de propaganda del Tercer Reich, Goebbels, le había llamado a su despacho para censurarle el hecho de que en El testamento del doctor Mabuse (1932) pusiera en labios de un criminal las consignas del nazismo. Después de salir del despacho, Lang robó las joyas de su mujer, una destacada guionista nazi, y huyó a París con la policía pisándole los talones. No volvería a Alemania hasta veinte años después.
Lang realizó en Estados Unidos una treintena de títulos, algunos tan destacados como Furia (1936) o La mujer del cuadro (1944). En muchos de ellos volvía a tratar los temas que ya le habían interesado en Alemania, como la crítica a una sociedad que a veces puede ahogar al individuo. Su etapa americana está comúnmente considerada como de menos calidad que la alemana, y tal vez tuvieron que ver en ello sus dificultades de entendimiento con los productores. Escena a escena fue creciendo su reputación de director difícil. «No conseguí llevarme bien con él», dijo una vez Henry Fonda, que trabajó con Lang en Solo se vive una vez (1937). «Es un artista creativo, pero no tiene consideración. Simplemente no se le ocurre que los actores somos seres humanos con corazón, con instintos, con vísceras.» Años más tarde, cuando Fonda y Lang volvieron a coincidir en una del oeste, el actor pudo comprobar que los métodos del director no se habían ablandado lo más mínimo: «Mató a tres o cuatro caballos durante el rodaje. Hizo que los montaran demasiado, obligándoles a subir y bajar colinas. De todas maneras eso era Fritz Lang.»