¿Cómo murió Pier Paolo Pasolini?
Fue asesinado la noche del 1 de noviembre de 1975, cerca de la playa de Ostia, al sur de Roma. Según la versión oficial de la policía, esa noche Pasolini llegó con su coche a la estación Termini de Roma. Allí recogió a un joven de diecisiete años, llamado Giuseppe Pelosi, que se dedicaba a la prostitución. Poco después de la una de la madrugada los dos se enzarzaron en una pelea. Pasolini cayó al suelo y Pelosi pasó con el coche dos veces por encima de su cuerpo. A pesar de que Pelosi reconoció ser el autor del crimen, desde el principio se sospechó que pudieron participar terceras personas en el suceso. En primer lugar, porque era difícil de creer que en una lucha cuerpo a cuerpo Pelosi hubiera podido vencer a Pasolini, que era mucho más fuerte que él. Además, la explicación del atropello no coincidía con las heridas que se apreciaron en el cadáver. En los círculos intelectuales italianos fue creciendo la teoría de que realmente se trataba de un crimen político en el que el condenado, Pelosi, era solo una cabeza de turco. Pasolini era un hombre muy incómodo políticamente. Tenía enemigos en todos los bandos. Había sido expulsado del Partido Comunista, pero continuaba con su activismo radical al margen del partido. Los grupos fascistas le tenían amenazado desde hacía tiempo y en la Democracia Cristiana tampoco tenía muchos simpatizantes, ya que este partido era el principal blanco de sus ataques verbales y escritos.
Pier Paolo Pasolini había nacido en Bolonia en 1922 y se convirtió en director de cine cuando ya estaba considerado, a finales de los años cincuenta, como el mejor poeta italiano de su generación. Era un artista total que no dejaba indiferente a nadie. Zarandeaba con todos sus escritos y películas la conciencia de la sociedad italiana. Debutó como director con Accattone (1961), una película neorrealista con claras influencias de De Sica y de Visconti. En sus filmes escogió casi siempre como actores a gente de la calle y, a veces, recurría a amigos o a grandes estrellas, como Orson Welles, Anna Magnani o María Callas. El Evangelio según San Mateo (1964), que está protagonizada por un español, Enrique Irazoqui, y en donde la propia madre de Pasolini interpreta a la Virgen María, está dedicada a la memoria de Juan XXIII; pero escandalizó a una parte de la opinión católica que no vio con buenos ojos que un marxista y ateo como él se acercara sinceramente a la figura de Cristo. El decamerón (1971), Los cuentos de Canterbury (1972) y Las mil y una noches (1974) forman parte de la llamada Trilogía de la vida, unas películas llenas de alegría, de fiesta, de sensualidad y de erotismo con las que Pasolini quería mostrar su rechazo a la sociedad consumista en la que vivía. Su última película fue Saló o los ciento veinte días de Sodoma (1976), una adaptación libre de la obra del marqués de Sade, en la que describía con todo detalle la brutalidad de los últimos días de la República fascista italiana.