¿Cómo reaccionó Hollywood ante la llegada de la televisión?
En un principio el cine americano plantó cara a la tele con nuevas armas y bagajes. Si el nuevo aparato ofrecía las imágenes en una pequeña caja y en blanco y negro, el cine apostaría, desde entonces, por nuevas y espectaculares formas de filmación y de exhibición. Más color, mejor sonido, colosales espectáculos de masas, grandes películas épicas… Así nacieron el cinerama, el cinemascope, el cine en tres dimensiones y los drive-in.
El cinerama consistía en la proyección de una película en una pantalla grande y curva que mezclaba imágenes que procedían de tres proyectores sincronizados con un sonido estéreo de varias pistas. Este sistema se conocía, en realidad, desde finales de los años treinta, pero fue en 1952 cuando se presentó en el Broadway Theatre de Nueva York el documental Esto es cinerama, en el que se podía ver, por ejemplo, un recorrido por la montaña rusa del parque de atracciones de Nueva York o el vuelo de un avión sobre el Gran Cañón de Colorado. Este film fue un éxito de público, pero el tercer documental que se proyectó con esta técnica y que se tituló Las siete maravillas del mundo fracasó estrepitosamente.
El cinemascope fue una técnica de filmación y proyección que desarrolló la Fox en los años cincuenta, aunque, como ocurría con el cinerama, ya se conocía desde los veinte. Durante el rodaje una lente comprimía las imágenes. Luego, en la exhibición, se realizaba la operación inversa, es decir, recobraban sus dimensiones reales y se proyectaban en una gran pantalla dos veces y media más ancha que alta. El sonido, por su parte, se grababa en varias pistas. Las primeras películas de la historia en cinemascope fueron La túnica sagrada y Cómo casarse con un millonario, las dos de 1953.