¿Quién fue el primer gran director que tuvo el género?
El hombre que iba a dar título de nobleza al western fue un actor pasado a la dirección llamado Thomas Harper Ince. Un día asistió a una representación del circo Ranch 101, que ofrecía un espectáculo similar al de la famosa troupe de Buffalo Bill. El circo estaba formado por vaqueros, indios, lanzadores de lazo, tiradores de rifle y expertos jinetes. Ince los contrató a todos y los convirtió en actores de sus películas. En pocos años rodó o supervisó cientos de ellas y lanzó al que sería la gran estrella del género en la etapa muda: William S. Hart, «el vaquero de los ojos claros y el rostro impasible». También dio a las pantallas los primeros westerns de categoría superior, como El desertor (1911) o La mujer que mintió (1916).
Thomas H. Ince era un autodidacta que alardeaba de no haber leído jamás en su vida un libro. Curiosamente, pese a esa aversión por la lectura, fue el primero en utilizar en el cine un guión detallado previo al rodaje, ya que hasta entonces los directores rodaban improvisando sobre un argumento condensado en un par de cuartillas. Murió en 1924 en un extravagante y poco aclarado suceso a bordo del barco del magnate William Randolph Hearts. La causa oficial de la muerte fue un «envenenamiento de la sangre», pero la extraoficial, un tiro en la cabeza que le disparó el millonario, al confundirle en la oscuridad con Charles Chaplin, al que había sorprendido engañándole con su amante Marion Davies.
En los años veinte el western tomó un nuevo impulso gracias al éxito de películas como La caravana de Oregón (1923), de James Cruze, o El caballo de hierro (1924), del futuro maestro del género John Ford.