Quien busca, encuentra
Quarendo invenietis («Busca y encontrarás»).
Jesucristo,
«Sermón de la Montaña» (en Mateo y Lucas).
Por desgracia, Bacon no contó todo su método hasta el final, pues habla de nueve pasos y en el Novum Organum solo explica en detalle, a lo largo de cien páginas, ese primer paso de recolección de datos, que llama «la primera vendimia» o las instancias prerrogativas. Esta incompletitud de su método es sin duda una de las causas de que se haya considerado a Bacon un empirista ingenuo, que solo parece confiar en la observación, la recolección masiva y acrítica de datos y el método inductivo como proceder científico. Pero eso está muy lejos de la realidad, como revela una lectura más atenta de los libros que escribió, en los que una y otra vez alerta de los peligros no solo de teorizar sin datos, sino también de recopilar datos ciegamente: «Si se extiende una observación a otros hechos que se cree semejantes, a menos de emplear en ello mucha prudencia y orden, se engaña uno necesariamente[230]». Añade Bacon que «casi siempre se hacen las experiencias con ligereza, como si se jugara», opinión que sin duda comparte Holmes cuando señala que es fundamental distinguir en la observación entre lo importante y lo accesorio: «En el arte de la detección, es de la mayor importancia saber reconocer, entre un cierto número de hechos, aquellos que son incidentales y aquellos que son vitales. De lo contrario, energía y atención se disipan en vez de concentrarse». En las observaciones de un científico o un detective siempre está presente de manera implícita una cierta teorización previa. Una mancha en un laboratorio no es lo mismo para la señora de la limpieza, para un químico que ha descubierto un nuevo compuesto, para un espía que quiere saber si en ese laboratorio se ha trabajado en algún nuevo proyecto o para alguien que se resbala en ella.
Holmes tiene muy claro que un investigador a menudo observa en función de una teorización previa. Cuando en «Estrella de plata» encuentra una cerilla en el barro y el inspector se asombra de que haya podido encontrar algo así, Holmes explica: «Era invisible, porque estaba sepultada en el barro. Si yo la he descubierto, ha sido porque la andaba buscando». En cualquier caso, para Holmes siempre es importante reflexionar cuidadosamente sobre las observaciones y los datos. Cuando Watson le pregunta qué va a hacer para resolver un complejo caso, responde: «Fumar. Es un problema de tres pipas, así que le ruego que no me dirija la palabra durante cincuenta minutos[231]».
La dicotomía entre observación y teorización se resuelve, por supuesto, aceptando que ambas fases son necesarias en una investigación científica o criminal y que la relación entre hechos y teorías es a menudo muy compleja: «Cuando un hecho parece contradecir una larga sucesión de deducciones resulta de manera invariablemente posible interpretarlo de diferente manera[232]». Del mismo modo que un hecho puede ser entendido de otra manera, como se dice en la cita anterior, al ser iluminado por una teoría, también una teoría puede y debe ser modificada por los hechos. Como ya sabemos, eso es precisamente lo que hace que Sherlock sea el mayor detective de todos los tiempos, y no su hermano Mycroft:
Es superior a mí en observación y deducción. Si el arte del detective comenzara y terminara en el razonamiento desde una butaca, mi hermano sería el mayor criminólogo que jamás haya existido. Pero no tiene ambición ni energía. Ni siquiera se desvía de su camino para verificar sus soluciones, y preferiría que se le considerase equivocado antes que tomarse la molestia de probar que estaba en lo cierto[233].
Sherlock, al contrario que su hermano, sabe que no todos los misterios se pueden solucionar desde un despacho, porque es necesario bajar al mundo real y reunir datos mediante la observación sobre el terreno. En el surgimiento de la ciencia moderna, que Holmes aplica al arte detectivesco, fue de gran importancia la utilización del método inductivo. Para conocer un poco mejor las posibilidades, pero también las debilidades, de este método al que tan aficionado es Holmes, vamos a contar con la ayuda de los animales más inductivos que se conocen.