Sherlock Holmes de Baker Street

BIEN sabemos que hay personas que van a buscar la casa de Sherlock Holmes en Baker Street.

Umberto Eco,

Seis paseos por los bosques narrativos.

El recuerdo más intenso de mi primer viaje a Londres, durante la adolescencia, son los escalones que llevaban al apartamento de Sherlock Holmes. Me sorprendió que estuviera en un sótano, porque sabía que Holmes y Watson vivían en un piso alto, un primero o un segundo. ¿Cómo si no podrían los ojos de águila del detective vigilar a aquel espía que recorría la calle de arriba abajo en «La casa vacía»? También sabía que para llegar a las habitaciones de Holmes no había que bajar, sino subir más escalones que aquellos diez o doce. Todos los holmesianos recordamos el pasaje de Estudio en escarlata en el que el detective reprocha a Watson no haber contado nunca los escalones que llevan a su apartamento compartido. En todas mis casas he contado alguna vez los escalones, como en la que vivo ahora, un quinto piso sin ascensor que me obliga a subir 114 escalones varias veces al día.

En aquel primer viaje a Londres, supuse que esas escaleras llevaban a las habitaciones del servicio, las de la señora Hudson, la amable mujer que cuidaba del detective y su ayudante y que en más de una ocasión colaboró en alguna de sus aventuras. Como es obvio, Holmes ya no vivía allí (¿llegué a preguntarme quién ocupaba sus habitaciones?) y tampoco la señora Hudson ni sus descendientes. El local había sido adquirido por una librería, eso sí, especializada en Sherlock Holmes.

Regresé de Londres con un juego llamado «Detective Consultor», que permitía imitar las hazañas de Holmes y que incluía periódicos y mapas de la época, además de otros recuerdos holmesianos y una cierta decepción. No es que creyera que Sherlock Holmes había existido, pero sí pensaba de alguna manera confusa que Arthur Conan Doyle había elegido una localización real como guarida para su detective. Tiempo después, o quizá fue precisamente en ese viaje a Londres, supe que el 221B de Baker Street nunca había existido, que la calle en tiempos de Holmes, perdón, en tiempos de Conan Doyle, no tenía ese número.

La figura de Sherlock Holmes ha dado origen a todo tipo de interpretaciones, en las que abundan los datos equivocados y la constante mezcla entre realidad y ficción, como esa casa de Baker Street que ni siquiera existía en la época de sus aventuras. Tampoco Watson mencionó la célebre gorra de cazador sino que fue una invención del ilustrador Sidney Paget; si Holmes hubiera podido opinar, lo más probable es que se hubiera sentido tan molesto como el protagonista de la serie de la BBC Sherlock al verse representado con una gorra tan ridícula.

Mi intención en este libro es investigar algunos de los secretos que esconde la personalidad de Sherlock Holmes y que tal vez explican su permanente atractivo, no solo para los aficionados a la novela policiaca, sino para los practicantes de todo tipo de ciencias y disciplinas, que lo consideran uno de sus precursores. A lo largo de la lectura, tendremos ocasión de descubrir cuál era su método o sus métodos, qué era lo que le permitía superar a los policías de Scotland Yard en sus investigaciones y por qué era capaz de ver lo que para cualquier otro permanecía oculto. Muchos lectores quizá no sepan que Sherlock Holmes destacó no en una sino en muchas profesiones, que sus habilidades y destrezas han sido ejemplo para científicos e investigadores de las más diversas disciplinas. Se han escrito decenas de libros y cientos de artículos intentando desvelar las particularidades de este investigador del mundo criminal que era capaz de entenderlo todo o casi todo, pero los expertos no acaban de ponerse de acuerdo en cómo definir su método y, lo que es más importante, cómo parecerse al célebre detective. Yo mismo me puse a reunir las pistas que llevan a la solución de este misterio hace ya muchos años y en este libro ofrezco algunas respuestas que quizá nos permitan entender mejor la singularidad de Sherlock Holmes. Espero, por tanto, que No tan elemental resulte revelador y estimulante para cualquier lector, experto o no en Sherlock Holmes, pues es fruto de una intensa investigación que va más allá de los lugares comunes habituales. Confío, también, en que resulte tan entretenido y sorprendente como las aventuras que Watson tuvo el privilegio de vivir junto a Holmes.

El atuendo holmesiano que Sidney Paget imaginó para Sherlock Holmes en la aventura «El misterio del valle de Boscombe».

No tan elemental
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
cap01.html
cap02.html
cap03.html
cap04.html
cap04_0001.html
cap04_0002.html
cap04_0003.html
cap04_0004.html
cap04_0005.html
cap05.html
cap06.html
cap06_0001.html
cap07.html
cap07_0001.html
cap07_0002.html
cap07_0003.html
cap07_0004.html
cap08.html
cap08_0001.html
cap08_0002.html
cap08_0003.html
cap08_0004.html
cap08_0005.html
cap09.html
cap09_0001.html
cap09_0002.html
cap09_0003.html
cap09_0004.html
cap10.html
cap10_0001.html
cap10_0002.html
cap10_0003.html
cap10_0004.html
cap11.html
cap11_0001.html
cap11_0002.html
cap11_0003.html
cap11_0004.html
cap11_0005.html
cap11_0006.html
cap11_0007.html
cap11_0008.html
cap12.html
cap12_0001.html
cap12_0002.html
cap12_0003.html
cap12_0004.html
cap12_0005.html
cap12_0006.html
cap12_0007.html
cap12_0008.html
cap12_0009.html
cap13.html
cap13_0001.html
cap13_0002.html
cap13_0003.html
cap13_0004.html
cap13_0005.html
cap13_0006.html
cap14.html
cap15.html
cap15_0001.html
cap15_0002.html
cap16.html
cap16_0001.html
cap16_0002.html
cap16_0003.html
cap17.html
cap17_0001.html
cap17_0002.html
cap17_0003.html
cap17_0004.html
cap18.html
cap18_0001.html
cap18_0002.html
cap18_0003.html
cap18_0004.html
cap18_0005.html
cap19.html
cap19_0001.html
cap19_0002.html
cap19_0003.html
cap19_0004.html
cap20.html
cap20_0001.html
cap21.html
cap21_0001.html
cap21_0002.html
cap21_0003.html
cap22.html
cap22_0001.html
cap22_0002.html
cap22_0003.html
cap22_0004.html
cap22_0005.html
cap22_0006.html
cap23.html
cap23_0001.html
cap23_0002.html
cap23_0003.html
cap23_0004.html
cap23_0005.html
cap23_0006.html
cap23_0007.html
cap23_0008.html
cap23_0009.html
cap23_0010.html
cap23_0011.html
cap23_0012.html
cap23_0013.html
cap23_0014.html
cap24.html
cap24_0001.html
cap25.html
autor.xhtml
notas.xhtml