Alma y yo
No obstante, también en Psicoterapia se plantea la pregunta de hasta qué punto no sucumbe al hechizo de imágenes y esperanzas arcaicas, necesitando ella misma una desmitificación. Basta con señalar que también el yo, de la manera que fascina a algunos psicoterapeutas, representa una imagen mítica que alimenta esperanzas míticas, tratando de apaciguar los miedos de una manera casi supersticiosa.
También el hecho de que el alma, tanto en las religiones como en Psicoterapia, sea considerada algo personal, me parece un mito. Ya que, mirando sin prejuicios el actuar del alma, se ve que no somos nosotros los que tenemos y poseemos un alma, sino que el alma nos tiene y nos posee a nosotros; que el alma no está a nuestro servicio, sino que ella nos toma a su servicio.
Así, pues, existe un sinfín de preguntas que atañen tanto a la Religión como a la Psicoterapia.