La religión natural
Dado que todo hombre y toda mujer se adhieren a su religión de manera casi idéntica, manteniéndose leales con ella y participando en sus ritos y fiestas, la adhesión y la convicción religiosas no pueden fundamentarse en una religión concreta, sino en una experiencia común a todas las personas, antepuesta y anterior a cualquier religión particular.
Que la religión y el ejercicio religioso requieren una purificación, siempre ha sido un hecho conocido en la espiritualidad y en la mística cristianas. Lo mismo se demuestra también en Psicología: por ejemplo, que la imagen interior de un Dios que atemoriza muchas veces es la imagen interiorizada del padre o de la madre, o que la voz de la conciencia, como voz interiorizada del padre y de la madre, también se transfiere a Dios.
Tampoco se puede pasar por alto el hecho de que, en el cristianismo, los buscadores de Dios muchas veces no tienen padre, o que no experimentaron a su padre como padre, por lo que la búsqueda de Dios corresponde a la búsqueda del niño que anhela encontrar a su padre. En las personas que se sienten seguras de su padre, también la búsqueda de Dios se calma.
La «madre Iglesia» controla el acceso al padre. En la Iglesia protestante, la Biblia ocupa esta posición de la madre celosa.