El alma

HELLINGER Naturalmente, ésta es una pregunta clave, señor Moser. Tiene que ver con una idea del alma. Mi imagen del alma es que es grande y que nosotros no tenemos ningún alma, sino que estamos en un alma, que participamos en ella. Esta gran alma abarca tanto el ámbito de los vivos como también el de los muertos. Rilke, en sus Elegías de Duino y en los Sonetos a Orfeo, contempla el alma de una forma similar. En el ámbito de esta alma se arregla algo en cuanto los muertos son honrados, se arregla no sólo para los vivos, sino también para los muertos.

En las Constelaciones con descendientes de víctimas y de perpetradores se puede ver que los muertos que no son honrados se sienten desconectados, pesados y oprimidos. En cuanto alguien se pone delante de ellos y los mira y los respeta, estas sensaciones se mitigan. De alguna forma cobran vida, y su estado de muerte ya no se experimenta tan sombrío ni tan desconectado como antes.

GABRIELE TEN HÖVEL No sólo por parte de los muertos, sino también por parte de los vivos.

HELLINGER Una Constelación así tiene una función sanadora, también para el ámbito de los muertos. Naturalmente, éstas son afirmaciones muy atrevidas.

TILMANN MOSER Yo diría que tiene un efecto sobre los muertos hasta donde éstos estén representados en la Constelación. ¿O sería demasiado psicológico expresarlo así?

HELLINGER Me sería demasiado restringido. Naturalmente no se puede afirmar tal como yo lo digo. Pero cuando en una Constelación se hace así y se permite que vaya ocurriendo, en todo caso tiene un efecto sanador para todos los implicados.

GABRIELE TEN HÖVEL ¿Qué es lo que ocurre exactamente en una Constelación? Se posicionan unas personas totalmente desconocidas y, según usted dice, reaccionan como los miembros reales de la familia. Usted también habló de un campo de fuerza. ¿Aquello que usted entiende bajo alma, se despliega en este campo de fuerza?

HELLINGER Se manifiesta en la Constelación Familiar, sí.

GABRIELE TEN HÖVEL De hecho, las personas que se encuentran ahí como representantes podrían preguntarse: “¿Qué está diciendo del alma y de otra gente? ¡Si yo soy fulano y éste es mengano!”

En este marco casi ritual, sin embargo, este nivel de la percepción de la realidad parece carecer de toda importancia. El proceso verdadero, realmente relevante para el trabajo terapéutico, se desarrolla en un nivel más profundo, por debajo del personal.

TILMANN MOSER En mis conversaciones con compañeros lo he llamado el nivel arcaico de los sentimientos, la química a gran escala, por así decirlo, y encima se encuentra el edificio de la psicología individual y biográfica. ¿Usted podría afirmarlo así?

HELLINGER Sí, exacto.

TILMANN MOSER Bien, yo he llegado a pensar que usted ya tiene una especie de misión, especialmente en lo que al tema de la época del nacionalsocialismo se refiere. No sé si ya será el momento de preguntarle...

Mi impresión es que usted pone mucho énfasis en mirar a las víctimas, en que los perpetradores se tiendan al lado de las víctimas —de esta forma se da la paz. He podido presenciarlo y comprobar la vivencia tan profunda que se desencadena en las personas.

Según su opinión, ¿cuál sería la manera de extender a un ámbito más general este concepto de alma que usted presenta? ¿O únicamente se refiere al conjunto familiar? ¿Existe un paso del ritual de las Constelaciones a la conciencia pública? ¿Acaso ocurre a través de la difusión, a través de los libros? ¿Cuál es la relación con los rituales públicos? De hecho, usted critica los rituales públicos porque una y otra vez exigen el arrepentimiento activo: la mala conciencia, las confesiones de culpas, la vergüenza. Usted dice que todo eso corrompe el alma, porque así no se miran las víctimas, ni se reconocen.

Por tanto, una vez más la pregunta: ¿cuál es el espacio social de aquello que usted hace? Percibo su misión, creo que la percibo, y puedo honrarla; sin embargo, no comprendo todavía cuál será el lugar en el que se manifiesta su efectividad.

HELLINGER Para mí, esta forma del trabajo fue un resultado de la terapia. Simplemente trabajando con enfermos, este tema empezó a surgir también, más y más. De entrada, mi intención fundamental es la de ofrecer una ayuda a las personas concretas con las que estoy trabajando. Pero soy consciente de que aquello que aquí se muestra también tiene una dimensión más grande y tiende a abrirse un campo más amplio. Pero únicamente puede abrirse este campo orgánicamente, creciendo o, como usted dice, difundiéndose cada vez más. Todo impulso misionero lo destruiría inmediatamente. Aquí se trata de un proceso vivo que no puede fomentarse con medios misioneros.

Religión, psicoterapia, cura de almas
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