Lo mejor
Un hombre joven, de familia pudiente, se marchó a un país lejano. Allí se dedicó al juego y despilfarró su herencia. Una vez perdido todo, fue a un granjero y se puso a su servicio como mozo.
Su hermano hizo lo mismo. Y cuando también él hubo malgastado su herencia, vino a parar a la misma granja.
Finalmente, ambos hermanos recapacitaron, y el uno dijo:
— Pensando en mi casa, lo bien que viven los siervos de mi padre, siento deseos de volver con él. Le diré a mi padre: «Lo he hecho todo mal. Por favor, recíbeme de nuevo en tu casa y tenme como a uno de tus siervos».
Su hermano dijo:
— Yo lo hago de otra manera. Ya mañana me busco un trabajo mejor, ahorro para reunir una pequeña fortuna, me caso con una de las hijas de este país, y vivo aquí como todos los demás.