Vivos y muertos
HARTMUT WEBER Usted dice que en su trabajo con Constelaciones, precisamente con los muertos, se evidencia que los vivos pueden hacer algo por los muertos, y que deberían hacerlo. Asimismo, también los muertos pueden hacer algo por los vivos. ¿Podría explicarnos un poco más este concepto?
HELLINGER En las Constelaciones, sobre todo cuando se configuran con víctimas del Holocausto, se muestra claramente que estos muertos se sienten sordos y, en el fondo, mal. Cuando, por fin, los vivos los miran y los honran, y a la vez permiten que los muertos los miren a ellos, esta sensación de estar muertos cobra otra cualidad. De repente se sienten más unidos y presentes. Se encuentran mejor. Y también los vivos se encuentran mejor.
La causa de que los vivos teman mirar a los muertos de esta manera reside en que ellos mismos no encaran lo terrible que actúa en el trasfondo, que no confrontan el poder terrible que se halla detrás. Por tanto, es un acto religioso si me atrevo a mirar a los ojos a un muerto que pereció de esta forma, y si me expongo a su mirada, descubriendo de repente que él es grande y ha alcanzado su plenitud, y que yo aún estoy inacabado. Así, dándole la honra, experimento que este muerto se dirige a mí con amor, y que de él recibo una bendición que me mantiene con vida y que enriquece mi vida. En este sentido, el muerto influye sobre los vivos, pero antes, también el vivo influye sobre los muertos.
La reconciliación
HARTMUT WEBER ¿Iría usted tan lejos como el ya antes citado Albrecht Mahr, quien dijo que este tipo de Constelaciones para él tienen algo que ver con oración?
HELLINGER Sí.
HARTMUT WEBER ¿Podría explicarnos cómo habría que entender esta afirmación?
HELLINGER En las Constelaciones se desarrolla algo, sobre todo cuando el terapeuta no interviene, por ejemplo, que los representantes de repente se sienten fulminados por un poder. Así, uno cae al suelo, casi desmayado, y si se entrega al movimiento completo, y cuando también la persona a la que todo esto se refiere, se entrega al movimiento completo, se da una reconciliación. Es decir, esta fuerza terrible actúa hacia una reconciliación, hacia un amor muy profundo, y así cada uno se siente profundamente conmovido y enriquecido, también en un sentido religioso. Y todo esto ocurre por sí solo, sin que nadie influya desde fuera. Aquí se muestra que la fuerza que actúa detrás tiene varios aspectos, y cuando uno lo presencia, se siente conmovido a un nivel religioso. En este sentido se puede decir así.
HARTMUT WEBER Supongo que también se podría decir que sólo una percepción real y auténtica es algo liberador y redentor. Esto me devuelve otra vez a nuestro comentario de un principio, que a veces se tiene la sensación que los asuntos que más violentamente apartamos, se vuelven tanto más imperiosos y cargantes para nosotros, mientras que aquí sería justamente al revés, que precisamente la percepción de los muertos tiene algo liberador, algo sanador para nosotros.
Todo esto, para mí también va relacionado con las frases que usted pronuncia muchas veces en Constelaciones, donde me parece haber descubierto algo así como unos pasos determinados. En un lado sí que hay el anhelo y el dolor por los muertos, cuando se dice: «Te echamos de menos.» Después, muchas veces el pedir la bendición: «Por favor, bendíceme. Mírame con buenos ojos.» Después, la referencia a la vida que sigue: «Aún me quedaré un poco; después, también vendré.» Y, finalmente: «Te doy un lugar en mi corazón.» Sólo citándolas, éstas ya serían para mí frases beneficiosas, que comprenden algo liberador, algo sanador. Pienso que éste es el centro de su trabajo.