Epílogo

19 de febrero de 2004

Querido diario:

Así que volvemos a encontrarnos. Durante casi quince años he estado escribiendo mi última entrada, pensando que cerraría el libro de mi vida. A pesar de eso, siempre resulta que vuelvo a ti. En todas las emisiones de True Hollywood Story (Historias verdaderas de Hollywood) del E! Channel la vida se divide en tres actos. Pero la mía parece haber contado con al menos una docena.

Empecé la vida escogiendo la oscuridad, pero ahora veo luz en cada sitio donde miro. He dejado atrás las pruebas más duras y las inseguridades y he aprendido a centrarme en la mujer y la esposa en las que me he convertido. Mi esposo me hace sentir que puedo lograr cualquier cosa que me proponga, y de hecho eso ha ocurrido así. Siento que mis heridas han empezado a cerrarse y creo realmente que, por primera vez en mi vida, todo saldrá bien.

La familia que alguna vez parecía ser el epicentro de todos mis problemas es ahora mi base de apoyo. No estoy segura de que mi padre ya me lo haya contado todo, pero lo que de verdad importa es que hemos roto los muros del silencio. Papá me acepta por quien soy y, a cambio, yo lo acepto a él y todas sus pequeñas misteriosas tonterías. A veces me pregunto si no he exagerado al juzgar la ausencia de mi padre. Quizá mi ira haya borrado el recuerdo de las ocasiones en las que sí me brindó respaldo.

Ahora mi compañía es todo un éxito y me ha traído muchas alegrías inesperadas. Descubrí a una rubia novata llamada Krystal Steal y la he convertido en la primera chica del Club Jenna bajo contrato. He conversado con ella casi todos los días, diciéndole todo lo que hubiese querido que alguien me dijera cuando empezaba mi carrera. Espero que ella pueda reemplazarme, pues he acabado con las películas. Mi mente se encuentra en otra parte y pronto también lo estará mi cuerpo: ayer he adquirido un equipo pronosticador de ovulaciones de la oficina del doctor.

¡Ah! Y de camino a casa desde el consultorio del doctor vi mi rostro en la portada de Penthouse. Por fin me hicieron Mascota del Año. Las fotos que hay allí tenían seis años de antigüedad, pero finalmente lo logré. Objetivo conseguido. Tiempo de seguir adelante.

Creo que me he permitido a mí misma alejarme del sufrimiento y aceptar el hecho de que no soy perfecta. De más está decir que sigo aspirando a lo mejor en todo lo que emprendo, pero ya no me hace añicos fracasar. Y esto ha surgido de mi propia fortaleza interna, no de buscar a otras personas que me hagan sentir completa. He pasado el tiempo buscando a alguien que mejorase las cosas, sin percatarme de que ese alguien era yo… Me siento cómoda exactamente donde estoy. Y en esta ocasión no pienso huir, pues tengo delante de mí un futuro que nunca había creído posible para mí. Seré una hija, una esposa, una hermana, una amiga y, sobre todo, una madre.